La vieja sociedad salarial de empleo estable ha desaparecido después del decenio kirchnerista, que sostuvo la ilusión de que se podía sostener un país sin cuidar las variables macroeconómicas, solo sostenido en un boom de los commodities que resultó demasiado transitorio. El Estado siguió creciendo, pero de manera inversamente proporcional parece decaer la calidad de sus prestaciones. El votante de Javier Mieli, mayoritariamente de perfil joven, no necesariamente odia al Estado, simplemente lo ve ajeno....
test