Tomás LüdersEse no sé qué del kirchnerismo

Tomás Lüders23/08/2022
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Hace tiempo el kirchnerismo no puede decir de sobre sí mismo de qué se trata en términos positivos. Hace tiempo, ya tenía dificultades para decírnoslo con precisión, porque los límites de lo que pudo dar ya eran patentes en 2013. Se acababan los dólares y con ellos el reparto sin previsión de futuro.

Sin embargo, se logró mantener durante mucho tiempo diciéndonos lo que no era. Que “lo otro” es peor. Y ahí estuvo Macri como profecía autocumplida de sus advertencias, aunque lo que hizo el ex presidente amarillo no fue sino sino profundizar y agravar (por torpeza programática y cortedad ideológica) una crisis de escasez relativa de divisas heredada. Pero con todo lo negativo que se puede decir del “modelo PRO”, lo cierto es que la sangría dólares se había evitado durante último kirchnerismo puro maniatando las finanzas de todos vía cepo cambiario …. en época de dólares baratos para el resto del mundo. Bastaba tratar de  insertarse mundo, incluso con la inteligencia y con el realismo programático que no tuvo el sueño excluyente de Macri, para que el torniquete del cepo deviniera sangría.

Así las cosas, estando de nuevo en el poder, pero con fusibles para no hacerse cargo de la crisis que comenzó a generar y no supo detener en 2015,  el kirchnerismo sigue con las alusiones muy vagas a un pasado de abundancia que no pudo sostener por ese cortoplacismo de origen.  Pero sobre todo vive de decirnos eso que no es ni será: “la derecha” y todos sus siniestros planes. Y sin embargo, no era ajuste y ahora es el encargado del ajuste, y si se quema el fusible  Massa, como ya se quemó el fusible Alberto, se va a quemar toda la instalación eléctrica, porque no hay forma de decir “esa boca y esa medida no es mía” cuando la lapicera (i.e. el fundamental poder de veto) sigue estando en las manos de solo una persona, que es la ex presidenta.

Hace tiempo que no puede decir de qué se trata y hace tiempo se hace poroso a lo que decía no ser y por eso, en términos lacanianos, dada su pregnancia entre una minoría consistente, solo puede definirse comos un Significante Amo, es decir, un significante sin significado al que, sin embargo, el resto de los que agitan otros significantes (bienestar, trabajo o ingreso digno, vivienda, servicios públicos de calidad, etc., etc.) tratan de engancharse sin poder terminar de explicar por qué lo hacen. Y hay que asumir que aunque lo sea sobre una minoría, es eficaz en su vacuidad tan ansiosamente completada, porque hasta la “oposición de izquierda” nos advierte que si “la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar”.

¿De qué sería de lo que estaríamos perdiendo “si la tocan”? ¿De la posibilidad de qué? ¿Qué evitaríamos? ¿Que no vuelva la derecha, que sería la que ajusta y subsidia a los mismos empresarios prebendatarios, brinda los mismos servicios públicos deplorables, pero lo haría sin la mística que da la K?

Stand del libro Sinceramente de Cristina CFK en la feria del libro 08/05/2019 Foto: Rafael Mario Quinteros
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