En los 90s sabíamos diferenciar géneros y calidad sin el patronazgo del bienpensar progre. Siendo algo más que adolescentes, con mis amigos de entonces veíamos Los Simpson, con su mordaz crítica a la sociedad estadounidense (y sabíamos que el luego cancelado Apu no era inferior a Homero a pesar de su color de piel y acento), después pasábamos por el absurdo de Chachachá y, cervezas de por medio, mirábamos la “guarrada” de Café Fashion, llena...