Es suficiente darse una vuelta por la esquina de San Martín y Alvear para visualizar como la subió la adrenalina de los distintos espacios políticos de cara a la última semana de la campaña previa las próximas elecciones Primarias, que desarrollarán el próximo domingo 16 de julio. De paso, para los vecinos y/o trabajadores de comercios cercanos al lugar quedarán varias anécdotas de militantes que se disputaron espacios para colocar sus mesas y pancartas a los codazos.
Adrenalina, que vale la pena aclarar, no es acompañada por una población cada vez más apática y alejada de los procesos eleccionarios. Aunque, en el pago chico, todavía existe un poco más de apego a aquellos dirigentes más cercanos y más terrenales. Es que, en localidades como la nuestra, el contacto con los dirigentes es habitual y posible. (La mayoría de los venadenses tiene una alta probabilidad de cruzarse con el intendente, senador departamental o concejal en el espacio público). Además, en épocas de campaña, estos mismos dirigentes salen a los barrios a timbrear casa por casa para presentar/difundir sus propuestas. (El tamaño geográfico de Venado Tuerto, todavía permite está práctica).
En ese aspecto, quien tiene el poder corre con ventaja. Ventaja, que en actual panorama electoral local parece ser demasiado contundente.
“Nos encontramos con vecinos que no nos atienden cuando le golpeamos sus puertas. Esto no nos sorprende porque en el momento que vivimos se entrecruza el miedo de la gente por la inseguridad y la poca credibilidad en los políticos. Pero, la sorpresa es que la mayoría nos pregunta por Leo Chiarella”, nos confesó uno de los dirigentes de la oposición que salen a recorrer las calles.
“Solo nos abren cuando decimos que venimos de parte de Chiarella, a nosotros no nos reconocen”, nos contó un actual funcionario del oficialismo que realiza el mismo periplo.
“Todos los datos que tenemos de diferentes encuestadoras, con la multiplicidad de precandidatura existente en todas las categorías es un escenario de extrema paridad, la única excepción parece ser la del intendente de uds, a la que todos dan por ganador ampliamente”, nos responde telefónicamente desde la capital provincial un reconocido dirigente santafesino (uno de los tantos precandidatos) con varias campañas provinciales sobre el lomo.
Declaraciones que son solo un ejemplo de lo que se empieza aceptar como un seguro y hasta histórico triunfo del mandatario local. Algunos se animan a tirar cifras por demás de abultadas. ¿Superará los casi 67% de los votos que obtuvo José Luis Freyre en el 2011?
Lo que está claro es que a partir de las próximas elecciones se avecina un cambio en el tablero político de Venado Tuerto, que tendrá a Leonel Chiarella, con ratificación de las urnas mediante, como el líder indiscutido de la ciudad.
Es que, el joven mandatario en el 2019 se presentó como el candidato bendecido por el dedo del senador Lisandro Enrico. De hecho, en aquella elección, Enrico (otro que tendría asegurado un amplio triunfo, aunque la elección en la categoría a senador siempre es un caso aparte) fue quien “arrastró” a los ciudadanos a votar por Chiarella. Este último tuvo “la suerte” de ser el elegido por el senador (en ese momento el único líder de la oposición a un desgastado José Luis Freyre) y por eso culminó siendo el intendente.
De este modo, desde aquel momento, no hay dudas que Chiarella con su gestión se fue empoderando, y si bien nunca se despegó de Enrico (hoy tampoco lo hace con Maximiliano Pullaro), construyó su propia identidad.
Ahora, solo hace falta recorrer las últimos posteos en redes sociales o las declaraciones mediáticas de los demás candidatos de la lista Santa Fe Puede, dentro de Unidos para Cambiar Santa Fe (difundida como la lista de la letra P), para visualizar el cambio de eje comunicativo: en Venado Tuerto, Chiarella es el centro.
Así las cosas, esto no es una novedad en la reciente historia local, todos los intendentes desde el renacimiento de la democracia hasta acá, se convirtieron en algún momento en líderes indiscutidos por un largo período. A los anteriores les alcanzó para ser reelegidos por tres veces consecutivas.
El caso más cercano fue el de José Freyre, quien tuvo un comienzo similar al de Chiarella, llegó por la bendición de su antecesor, Roberto Scott y, a pesar de que le costó un poco más, culminó haciendo su propio camino. Claro que, cometió el peor error que puede realizar un líder, no empoderar a posibles sucesores. Lo que sí hizo, salvando las distancias, Scott para con él. De hecho, las consecuencias de dicho error (y de otros que se suman desde la provincia) la sigue padeciendo el PJ venadense, que se encamina a realizar una penosa elección. De hecho, tan es así que “el alicaído líder”, que intentó previamente mantenerse alejado de la campaña (sobre todo porque él no es candidato a nada), tuvo que salir en la recta final a intentar transfundir lo que le queda de apoyo de la población a sus precandidatos más cercanos. Esto es: a Germán Mastri (concejal) y también a Hernán Porta (intendente).
El nuevo liderazgo
Lo cierto es la única certeza que aparece de cara a las próximas elecciones es la consolidación del liderazgo de Leonel Chiarella. Vale aclarar que el domingo 16 de julio se disputan las PASO y posteriormente, el 10 de septiembre serán las finales. De todos modos, solo una catástrofe podría cambiar un escenario local que ya está definido.
Mientras tanto, lo que sí define el próximo domingo es quién será el candidato a gobernador del gran frente opositor. Si, Pullaro se alza con el triunfo, Chiarella y Enrico seguirán siendo sus fieles seguidores. Y el actual intendente, tendrá la posibilidad de afirmar su liderazgo con el acompañamiento del triunfante candidato a gobernador.
Algo cambia el panorama si la que gana a nivel provincial es Carolina Losada, a la par de una casi segura holgada victoria de Chiarella por acá. Ahí, paradójicamente, el actual intendente local se convertirá en “el hombre fuerte” de Venado Tuerto.
Por supuesto, este nuevo y valioso lugar que se ganó/ganará significan una mayor responsabilidad que tendrá que asumir. Atrás, una importante porción de la población estará muy atenta a cada uno de sus pasos. Ser líder, significa no solo que todo lo bueno que suceda será atribuido a su figura, sino que también puede convertirse en el chivo expiatorio del más mínimo fracaso. Además, los liderazgos (con escasas excepciones) son transitorios. Por eso, implican saber construir y sostener equipos, delegar. Y, sobre todo, como sostuvimos líneas atrás, empoderar a posibles sucesores.