De la Redacción de Venado 24
Daniel Scioli fue ayer el orador principal del almuerzo organizado en el lujoso Hotel Alvear por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), que nuclea a entidades como la UIA, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Sociedad Rural y la Asociación de Bancos de Buenos Aires. Cuidando mucho, muchísimo sus palabras para no enojar a la Jefa Máxima, yrecurriendo otra vez a la honestidad, la esperanza y eldeporte, fue ahora él, y no sus emisarios, el encargado de asegurarle a los dueños del Capital que él no será como Cristina.
En el lujoso salón principal del tradicional Hotel lo esperaba lo más granado del capital concentrado argentino, incluyendo a los máximos referentes de la patria contratista, interesada en prorrogar sus eternos negocios a costa del fisco (en la foto principal, Daniel es recibido por el anfitrión Eduardo Eurnekian).
“Es época de reflexión y decisiones que afectarán individual y colectivamente a la sociedad en su futuro, un punto de inflexión en la historia argentina. El empresario espera propuestas realistas, con políticas de Estado consensuadas y de largo alcance que no se vean frustradas luego por medidas imprevistas. Daniel Scioli, estamos ansiosos por escuchar tus palabras“, abrió el juego el presidente de Corporación América, de cara al sector en el que estaba sentado el candidato presidencial del FpV. La vieja costumbre del empresariado argentino de hablar en nombre de todos.
Un aplauso cerrado tapó el bache que se produjo hasta que Scioli subió al escenario y fue presentado como el flamante Licenciado, tras levantarse de la mesa que compartía con el sempiterno Eurnekian, Adrián Kaufmann Brea (titular de la UIA), Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural), Adelmo Gabbi (presidente de la Bolsa de Comercio), Adrián Whertein (Los W S.A.), Jorge Brito padre (líder de Adeba), Carlos de la Vega (titular de la Cámara de Comercio) y Jaime Campos (AEA).
Entre las promesas más contundentes del candidato del FPV se encontró la de anunciar que jamás “endeudará al país con el FMI”. En paralelo, la entidad financiera le recomendaba al país medidas de ajuste: le ofrecían el enemigo perfecto al Kirchnerismo, cuando ya no le sirve para mucho ni a él ni a quien lo suceda: ya no hay plata en la caja, así que de naranja o amarillo el ajuste llegará igual.
Pero Scioli, a pesar de su declama anti-capital, estuvo lejos de calzarse la gorra revolucionaria (aunque ayer masculló algún chiste poco claro en alusión a su encuentro con el comandante Raúl Castro) “No vamos a volver a pedir préstamos bajo las condiciones del FMI…”, ¡bien Daniel, patria sí, colonia, no!, pensó algún mozo afiliado al PCR “… pero me he reunido con el Banco Mundial y el BID: ya tenemos diagramado el financiamiento para las obras estratégicas que necesita la agenda del desarrollo: gasoductos, acueductos, minería responsable y la potenciaciación de la matriz energética“. El iluso mozo dejó caer la bandeja de canapés sobre el traje armani de un poderoso corredor de granos y fue despedido al instante.
Pero además, la promesa de Daniel Scioli ante la supuesta “burguesía nacional” tiene sin embargo, bastante poco de audaz. Aunque la Argentina está llegando tarde a la fiesta, hoy todavía es barato tomar préstamos en dólares, y no es necesario recurrir a los mezquinos dólares del ortodoxo organismo multilateral. Organismo con el que sin embargo, de una u otra forma, el candidato del FPV sostuvo que se sentará “a conversar” para que la entidad le otorgue al país la preciada cocarda de “buen alumno” que demandan los inversores internacionales.
Al mismo tiempo, y contando con la presencia de su economista estrella Miguel Bein –una contracara moderada del “cuco Axel” –, el gobernador bonaerense prometía, para alivio de todas y todos, que, “con firmeza y tenacidad” negociaría con los holdouts, los odiados fondos buitres. “Porque así como las deudas no dejan dormir a una persona, al país no lo dejan progresar”. ¿Qué habrá pensado la Jefa Máxima del Movimiento, ahora que es revolucionario llenarle la cara de dólares al enemigo imperial?
Scioli también prometió que no será enemigo del campo, no sembró esas palabras exactas, pero no hace falta mucha sonrisa para diferenciarse del cuchillo en la boca que les representa el kirchnerismo: “Lárguense a sembrar, a producir, a invertir y les garantizo que van a tener rentabilidad, porque les voy a generar las condiciones con medidas de todo tipo para movilizar el potencial productivo de la Argentina”, les aseguró a los hombres de negocios , tratándolos directamente como a chacareros.
Y yendo al tema político -¿se acuerdan que ahora es la política la que decide?-, el gobernador no se anduvo con rodeos: “Yo puedo garantizarles la gobernabilidad, la institucionalidad: soy el candidato que tiene una organización política -el PJ-, un grupo de gobernadores, legisladores e intendentes detrás”. En otras palabras: a este país solo lo gobierna el PJ. Yo soy uno de ellos, así que a mí me van a dejar tranquilos. ¡Vaya institucionalidad la prometida por el ex Motonauta! Para los empresarios sin embargo, que de principios poco y nada, esa “institucionalidad” es la que juega.
En medio de esas y otras “amorosas” promesas -todas enumeradas con un muy, pero muy discurso cuidadoso – el actual gobernador bonaerense intentó en todo momento reforzar no desairar a la presidenta y líder espiritual y a la vez prometer lo contrario de lo demandado por ella. ¿Se habrá llevado Daniel la aprobación empresarial?