Raly Barrionuevo es uno de esos artistas que enseguida generan empatía entre quienes se tomaron un momento para escucharlo. Músico dúctil que interpreta con idénticas dosis de personalidad y respeto grandes obras del cancionero folklórico tradicional, pero que además compone y canta sus propios, entrando y saliendo de lo más tradicional a lo mestizo, tomando influencias de muchos sonidos. Como si esto fuera poco, Raly parece buen tipo, se compromete con las causas que hay que estar al lado (con los campesinos de Santiago del Estero, con los ambientalistas y sin quedar pegado a ningún partido político ni dirigente).
El fin de semana pasado regresó a Venado Tuerto para presentarse en un formato acústico, acompañado tan solo por la pianista Clara Presta, en el Teatro Ideal, que contó con una buena cantidad de público pero no lució repleto como la dimensión y la popularidad del artista lo habrían justificado. Seguramente el precio de las entradas (un poco saladitas) hizo su parte.
De todos modos el clima estuvo puesto y Raly hizo el resto. Con un formato que pone al desnudo las canciones desde la austeridad de ser tocadas solo con piano y guitarra (eventualmente Clara Presta se colgó el acordeón y Raly metió alguna armónica), para que la privilegiada y condenadamente bella voz del santiagueño de Frías vaya al frente, pasando de la sutileza a la contundencia según lo requiera la canción.
Casi dos horas de un show intimista, que mostró a un Barrionuevo locuaz, con ganas de contar las historias que rodean a las canciones, tanto las propias como las ajenas, dejaron al público satisfecho por disfrutar un espectáculo a la altura de los pergaminos del Raly, un tipo al que siempre vale la pena volver a escuchar.
Fuente: www.rockvenado.com.ar