La mandataria provincial salió de la Casa de Gobierno en Río Gallegos cerca de las 5.40. Un reclamo de jubilados, maestros y padres cercó durante toda la noche la sede de la gobernación. “No hay educación pública. Los docentes no cobramos, los jubilados no cobramos y las escuelas son un desastre. La situación es caótica”, afirmó Jorgelina, una docente de 28 años que tiene que trabajar doble jornada para llegar a fin de mes y que recién el 28 de abril cobró el 70 por ciento de su salario de marzo.
Santa Cruz tiene un gasto de 1500 pesos mensuales. La gobernadora viajará hoy a Buenos Aires a gestionar una crédito.
Los manifestantes anoche votaban pedir juicio político para la gobernadora, declarar persona no grata a Cristina Kirchner, investigar las cuentas públicas, un mínimo salarial de $ 20.500 para los trabajadores de Santa Cruz y convocar a una movilización para mañana.
Según informaron medios locales, la ex ministra de Desarrollo Social de la Nación salió de la Casa de Gobierno provincial alrededor de las 5:40, cuando la mayoría de los manifestantes se encontraba en la puerta de la Jefatura de la Policía provincial. Los manifestantes resistieron el intenso frío patagónico en torno a un tacho con fuego.
La protesta se había iniciado ayer al mediodía cuando, luego de una reunión entre la mandataria y representantes de la oposición, cuatro mujeres integrantes de la agrupación “Padres Unidos” lograron ingresar a la Casa de Gobierno para exigir la inmediata resolución del conflicto docente.
Además, unas 200 personas se ubicaron en los accesos por las calles Alcorta y Comodoro Rivadavia y frente al ingreso a la Jefatura de Policía de Santa Cruz en reclamo del pago de salarios y el inicio de clases en la provincia.
Los gremios de docentes Adosac y AMET iniciaron ayer una nueva huelga de 120 horas, mientras los estatales de ATE hicieron lo mismo pero por 72 horas, en tanto los profesionales de la salud nucleados en Aprosa paraban por tiempo indeterminado.
Semanas atrás, la gobernadora fue obligada a permanecer dentro de la Casa de Gobierno hasta la madrugada por una manifestación de estatales. Poco después fue atacada la residencia oficial, una noche en que la gobernadora estaba acompañada por su cuñada la ex presidenta Cristina Kirchner.