Una de las maneras de cambiar con rapidez el aspecto de un dormitorio, por ejemplo, es pintándolo. Es una de las formas de remodelar sin gastar demasiado dinero. De acuerdo con Leplak hay algunas cuestiones a tener en cuenta al momento de decidir hacerlo.
En primer lugar se debe tomar varias decisiones respecto a la pintura. Por ejemplo:
- El color de las paredes y techo.
- El tipo de pintura que se empleará (látex, mate, brillante, entre otras)
- Seleccionar los materiales que se usarán (pinceles, brochas, rodillos)
- Calcular cantidad y decidir marca de la pintura que se utilizará
En el mercado existe una amplia variedad de tipos de pintura. La más recomendable de utilizar es el látex, de interior y también látex para superficies de exteriores. Tiene un mayor poder cubritivo, porque posee mayor cantidad de pigmentos en su composición.
Se aconseja aplicarlo sobre superficies como empastes, estucos, yeso, hormigón. Sin embargo, no es aconsejable emplearlo en determinados ambientes como cocinas o baños por no poseer propiedades que impidan la concentración de humedad.
En todos los casos, antes de aplicar la pintura se deben seguir una serie de pasos:
- Sacar los muebles pequeños de la habitación y cubrir los grandes para evitar mancharlos
- Alisar los bordes o desperfectos de las paredes con enduido.
- Pegar cinta de enmascarar en aquellas superficies que no se quieren pintar ni manchar: vidrios, marcos, puertas, etc.
- Proteger el piso con cartones, papeles de diario o plástico para no mancharlo
- En lo posible, sobre todo si se trata de una pared porosa, aplicar una mano de imprimación sellante.
- Comenzar a pintar el techo del dormitorio y seguir luego por las paredes.
Respecto a la elección del color con el que se pintará el dormitorio, se debe tener en cuenta que debe ayudar al descanso, no generar tensión y por el contrario ser luminoso y armonioso.
Según los expertos las tonalidades azuladas, en todos sus matices, son las mejores para el dormitorio porque inducen al sueño, la paz, la serenidad y el buen humor. Se debe considerar que el dormitorio también puede ser un refugio para el aislamiento y el descanso de la vida diaria.
Se puede elegir más de un color y combinarlo, o bien, distintos matices de un mismo color. Por ejemplo:
Matices: se puede elegir un solo color pero emplear un matiz más oscuro para la pared que va detrás de la cabecera de la cama.
Dos colores: se pueden combinar dos colores, por ejemplo uno en una pared o bien dividir una de las paredes y pintar una parte con un color y otra parte con otro.
Tres colores: pintar un 60% con el color principal, 30% color secundario y 10% color de acento.
Colores: además del azul, se sugieren el polvo, el gris paloma, el beige, el crema, el azul lavanda y otros colores fríos o pasteles que induzcan al sueño y reduzcan el estrés.
También se pueden incluir motivos gráficos a través de la utilización de esténcil o bien con vinilos.