La presidente Cristina Fernández de Kirchner colocó una de las principales reliquias históricas con sus propias manos el sable corvo de San Martín en la vitrina donde quedará para su exhibición permanente en el Museo Histórico Nacional. Fue durante un acto regado de solemnidad, Fernández se saludó con niños y personas que aguardaban el regreso del sable.
La histórico y simbólico objeto del “Padre de la Patria”, vuelve al Museo luego de 48 años. La resolución fue tomada de manera unilateral y publicada recién el jueves pasado en el Boletín Oficial. El gobierno buscaba así generar un gesto de excepcionalidad histórica a su último 25 de Mayo.
El emblemático sable corvo de San Martín fue trasladado desde el Regimiento de Granaderos a Caballo (a donde había sido trasladado allí por decreto del entonces presidente de facto Juan Carlos Onganía) a su original sitio en el Museo Histórico Nacional, en el marco de las celebraciones por la Semana de Mayo.
El sable es el arma que uso San Martín durante la Guerra de la Independencia y que legó al dictador Juan Manuel de Rosas, hasta que en 1897 fue donado Estado nacional, que dispuso que quede bajo custodia del Museo Histórico Nacional, donde fue exhibido durante 70 años.
Durante los años 60 fue secuestrado en dos oportunidades por integrantes de la Resistencia Peronista, con la intención de entregárselo al General Perón, por entonces exiliado en España. Luego, en 1967, Onganía quitó la custodia del sable al Museo.