Con los vaivenes propios de la pandemia, los trabajos en el Centro Cultural Municipal siguieron adelante en estos meses, concretamente con la segunda etapa de las tres previstas para la obra que permitirá reabrir la histórica sala de calle Belgrano, cerrada desde 2017, cuando el hundimiento de la estructura obligó a realizar un trabajo sobre los cimientos. Previamente, en octubre de 2016, ya se había clausurado la sala 2 por una importante rajadura.
“Estamos haciendo recorridas permanentes, incluso días atrás lo hicimos con el intendente Leonel Chiarella y personal de la Secretaría de Infraestructura con la idea de comenzar a trazar un fecha estimativa de reinauguración”, manifestó la secretaria de Territorialidad y Desarrollo Cultural, Miriam Carabajal, quien ratificó que se está culminando la segunda etapa de la obra.
Concretamente, “para terminarla está faltando el blindex del frente, que se va a estar comprando cuando llegue una partida de Obras Menores que ya tenemos asignada, y la pintura del hall central”, precisó el subsecretario de Gestión de Obras, Sergio Fernández Carballo.
“La fisura de la sala superior ya está reparada, toda la obra estructural está finalizada, pero la planta alta estaría en desuso hasta que se complete la tercera etapa de la obra”, añadió el funcionario.
En tanto, Carabajal informó: “Vamos a apuntar a una inauguración por etapas, el hall de la planta baja podría ser una primera instancia de apertura como sala de exposiciones”. Fernández Carballo le puso fecha: “Si tenemos el dinero disponible, en diciembre podríamos darle apertura a la planta baja del Centro Cultural”.
Hacia la reapertura
Entre crisis económica, discusión sobre el origen de los fondos para invertir y la pandemia, los planes para concretar la reapertura del Centro Cultural se fueron posponiendo varias veces. Ahora Miriam Carabajal planta bandera: “La idea es inaugurarlo para el 26 de abril”, por lo menos la sala principal mientras se sigue avanzando con la tercera etapa de la obra.
“Vamos a iniciar un trabajo de limpieza profunda del edificio para que aparezcan los detalles y aquellas circunstancias que merecen una nueva mirada desde lo funcional o estético”, añadió la secretaria de Territorialidad.
La tercera etapa que aún resta desarrollar está relacionada con mejoras estéticas y el equipamiento del lugar (por ejemplo el ascensor), lo cual implicará una inversión muy importante.
“Hoy es fundamental el trabajo de limpieza, se está trabajando para refuncionalizar las oficinas, la cartelería y el frente. Los escenarios también hay que modernizarlos, las bambalinas, la planta de luces, la renovación de las cortinas y limpieza profunda de las butacas”, enumeró Carabajal.
Otra cuestión a resolver es el equipamiento de proyección de cine que pertenece al Incaa: “Hay un convenio vencido en marzo de 2019 y cuando asumimos había un reclamo para devolverlos. Estuvimos en conversaciones para pedir un aplazamiento hasta abril de este año, pero vino la pandemia. Hoy el organismo está intervenido, pero es algo que esperamos resover”.
De a poco, el Centro Cultural empieza a acercarse a la instancia de recobrar vida, claro que también será necesario que la pandemia permita su utilización.