El Presidente habló en el Foro Económico de Davos y para defender como “natural” el posible acuerdo de libre comercio con la Unión Europea volviendo a plantear el argumento de la “descendencia europea”. Además, ratificó el rol de exportador de alimentos que quiere para el país e invitó a los presentes en la cumbre a pasar por el stand argentino para probar “vinos y bananas”.
Macri visita el foro más importante del establishment empresarial global luego de su visita a Rusia, un destino que sonó más a “resignación” que a primera opción luego del alejamiento de EE.UU. de su posición aperturista. Así y todo, a pesar de insistir con lo que fue un destino para buscar inversiones también elegido por su antecesora, Macri insiste con un estilo discursivo que se aleja del de el kirchnerismo y parece intentar seducir desde el que supuestamente prefieren oír los grandes inversores y sus organismos internacionales.
En su segunda jornada en Suiza, el presidente Mauricio Macri habló frente a funcionarios del resto del mundo y ratificó sus principales pilares políticos-económicos, entre ellos la apertura comercial y el paquete de ajustes bautizado “reformismo permanente”. Para defender el acercamiento del Mercosur con la Unión Europea hacia un acuerdo de libre comercio sostuvo que sería “natural” porque en la región ” todos somos descendientes de europeos”.
Distanciándose de la retórica que predominó en la región hasta hace poco, el presidente sostuvo también que “la Argentina dejó atrás su experimento populista y logró un consenso político en torno a una agenda de reforma“. Recostándose en el argumento liberal de las ventajas diferenciales, el jefe de Estado recordó que en el sector alimentario de la Argentina tiene presencia en todo el mundo y que el país podría alimentar a más de 400 millones de personas.
En su discurso, el mandatario destacó los logros de su gobierno: habló de la economía, de la “inserción” en el mundo y del “papel significativo” que podría “cumplir” la Argentina “a nivel mundial”.
