Paul Citraro y el Club del Jazz lo hicieron de nuevo, y trajeron una de las propuestas más originales y virtuosas de la escena musical popular. Los Dancing Mood cerraron en VT su gira por el interior del país.
Ayer los de Hugo Lobo no se guardaron nada, y recorrieron sus mejores temas, aunque el eje (o la excusa) fue la presentación de su último disco, el triple Non Stop, en el que el grupo logra superarse así mismo. Durante más de dos horas Dancing mostró lo que es: una de las mejores bandas instrumentales del continente.
Sin perder su impronta de Big Band, los seis vientos, dos guitarras, bajo, batería, dos teclados y tambores recorrieron la historia del ska desde sus orígenes, homenajeando a bandas como los Skatalites, los Speciales hasta llegar al reggae, todo sin perder ese sonido jazzero que le da su particular armonía. Lobo es un director generoso, y abrió el juego para que cada uno –sí cada uno de los 14 músicos– se luciera con diferentes solos. La figura de Hugo Lobo sobresale, haciendo estragos con su trompeta y su flugehorn, pero no busca opacar a nadie.
Bien pasadas las 22, aparecieron en el escenario para abrir con el tema que es un clásico en los repertorios de Dancing, Dandimite.
Después vendría el tema Non Stop, cuyo nombre le da el título al elogiado y reciente disco triple. Del repertorio no quedaría afuera Toto, un nostálgico homenaje al fallecido percusionista Gerardo Toto Rotblat (ex Fabulosos Cadillacs)
Otra gratísima sorpresa de la noche fue la presencia de la la ex Bandana Ivonne Guzmán, quien también brilló con un caudal de voz que quedaba desperdiciado en sus épocas de “Guapa”. La colombiana endulzó la noche con su cálida y precisa voz en los temas Exhale y Just don’t want to be lonely.
Cerca de la última parte llegó el postre, que es el popurri en el que Lobo va conectando con su trompeta los estribillos de temas conocidos del rock nacional.
Quedaba más, y casi sobre el cierre grupo sacó a relucir todo su poderío de vientos en Police Woman, el tema más esperado en cada presentación.
El broche ofrecido por la agrupación de ska jamiquino instrumental –para ponerle un nombre a un género propio–, llegaría de la mando del bienvenidamente interminable Occupation. Para ese momento Lobo y los suyos pidieron que la gente se levantara a celebrar entre las butacas la fiesta organizada por los Dancing Mood… había, después de todo, que intentar descargar tantas pilas.