La Cámara de Casación determinó que Marcela y Felipe Noble deben hacerse el examen de ADN. Busca determinar si son hijos de desaparecidos, aunque las muestras se compararán con los secuestrados durante las fechas de adopción ofrecidas por la titular de Clarín. Los Noble apelarán a la Corte. Disgustada con los límites de la medida, Estela de Carlotto dijo que el fallo es “querer quedar bien con Dios y con el Diablo”.
Se agotan las medidas cautelares presentadas por los abogados, y finalmente La sala II de la Cámara Nacional de Casación dispuso que Marcela y Felipe Noble Herrera deben someterse a un examen de sangre para determinar si son hijos de desaparecidos, tengan o no su consentimiento.
Los hijos de Ernestina Herrera de Noble, titular del diario Clarín, habrían sido adoptados de manera irregular durante la última dictadura, y presuntamente son hijos apropiados a desaparecidos. Los abogados de los Noble Herrera presentarán un recurso extraordinario a la Corte Suprema.
Según el equipo legal de Marcela y Felipe Noble Herrera, el Fallo de la Cámara de Casación contradice un fallo que dictó la Corte Suprema en agosto de 2009, ya que en otro caso similar, el máximo tribunal sostuvo que el Estado no puede obligar a una persona mayor de edad a tolerar una extracción compulsiva de sangre.
Los querellantes tampoco están conformes con el fallo, ya que la decisión de la Cámara se ajusta a las fechas del expediente de adopción presentado por la dueña del grupo Clarín. "Se aferran a un expediente de adopción que está viciado", sentenció Pablo Llonto, abogado de una de las familias querellantes. En diez días, ambas partes podrán apelar ante la Corte Suprema. /Por su parte, Estela de Carlotto, titular de Abuelas, dijo que el fallo es “querer quedar bien con Dios y con el Diablo”.
Qué dice el Fallo
La sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la orden de extracción de muestras de sangre, saliva o cabello de Marcela y Felipe Noble Herrera "con o sin el consentimiento", para determinar si fueron apropiados durante la última dictadura militar. Sin embargo, limitó la comparación de los perfiles de ADN con las muestras almacenadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) de familiares de personas detenidas o desaparecidas hasta el 13 de mayo de 1976 en el caso de Marcela, y hasta el 7 de julio de 1976 en el caso de Felipe.