La Municipalidad de Rosario deberá incorporar cada año a su planta de trabajadores al menos a cinco personas travestis, transexuales o transgénero que demuestren ser idóneas para los cargos que se presenten.
La ordenanza se aprobó este jueves en el Concejo con 20 votos a favor y la abstención de los cinco ediles del PRO, que calificaron la iniciativa como “injusta e irresponsable” porque sólo incluye a una minoría.
El debate del tema no estuvo exento de cruces entre las fuerzas políticas; pero luego de la votación, representantes de distintas entidades trans que acudieron a presenciar la sesión estallaron en aplausos de alegría por la sanción del cupo laboral para el sector.
“Va a ser un beneficio, a largo plazo, para muchas. Las generaciones actuales ya estamos en la mitad transcurrida, muchas ya tenemos el carretel quemado. Pero estamos acá por las chicas que vienen después y las que más lo necesitan ahora”, sostuvo Silvana Sosa una de las referentes de los movimientos LGBT que fueron hasta el recinto.
“Hoy vos dejás los currículums y nadie te llama. Ni del sector privado, ni tampoco del público. Actualmente la que tiene iniciativa puede hacer un trabajo por su cuenta. Si no, sólo te quedan los tacos por la noche para poder vivir. Esta es una mecha que se encendió para muchas, un primer paso”, añadió Sosa durante una entrevista con Rosario3.com.
El debate
Las banderas de las organizaciones se acomodaron en el palco del Concejo desde temprano. Las primeras en llegar lo hicieron cerca de las 14 y tuvieron que esperar hasta las 21 para conocer la votación de la ordenanza que permitirá a las y los trans tener puestos laborales en organismos o empresas municipales antes de fin de año.
El cupo laboral trans estuvo primero en la lista de temas. El concejal kirchnerista Eduardo Toniolli inició la defensa de la ordenanza recordando que existe una ley aprobada en provincia de Buenos Aires en el mismo sentido. Además, mencionó todos los proyectos presentados en distintas provincias, entre ellas Santa Fe desde 2013 (aunque sin tratamiento). Luego, el radical Sebastián Chale destacó que Rosario sea la primera ciudad del país en avanzar con el tema.
La mayoría de las bancadas apoyaron el proyecto. Carlos Cossia, por ejemplo, respaldó que se avance hacia una “mayor igualdad” y argumentó su voto positivo: “Como cristiano y católico siento vergüenza a veces que nuestra Iglesia sea discriminatoria con este tema a pesar de que ahora el Papa los va integrando a la comunidad católica. Si nos remontamos a la historia veremos que Jesús jamás hizo lugar a una diferencia”.
La polémica se desató cuando la concejala del PRO Agustina Bouza pidió la palabra para fundamentar la abstención de su bloque a la hora de votar. Dijo que otras minorías como “ex combatientes de Malvinas, enfermos de HIV o pueblos originarios también se han acercado al Concejo a plantear este tema”.
“Nos parece que esta iniciativa es sumamente injusta e irresponsable”, manifestó la ex miembro de la Selección Femenina de Hockey, y tuvo el respaldo de su compañero de bancada, Alejandro Rosello (ambos, en la segunda foto), quien recordó que la comunidad Qom había solicitado la creación de una secretaría el año pasado y el Concejo le dijo que no.
La concejala del PPS, Lorena Gimenez Belegni, le respondió a los ediles del PRO: “Lo que acabo de escuchar me pegó una cachetada. No creo que sea una norma ni injusta ni irresponsable. Esto es un compromiso político y social que tenemos que tener los concejales con un tema que surge de la demanda de un colectivo”.
“Esto es un paso en una sociedad a la que todavía, y no me cabe duda después de lo que acabamos de escuchar, le falta madurar en algunos preconceptos que traemos y son arcaicos”, expresó.
“Le quiero recordar al concejal Roselló que el año pasado en el recinto se votó la ordenanza para crear los agentes sanitarios para los pueblos originarios, una necesidad que surge también de una minoría, y recuerdo que el PRO estuvo totalmente en contra. Entonces si vamos a hablar, hagámoslo con coherencia y si vamos a respetar a las minorías respetemos a todas las minorías”, disparó Giménez.
A su turno, la concejala Norma Lopez también se metió en la discusión y sostuvo que “hacía rato que no escuchaba equiparar la identidad sexual de una persona con una enfermedad”. “Eso es lo que se hizo aquí cuando se pidió un cupo para personas con HIV”, dijo.
Finalmente, Carlos Cardozo del PRO desafió al Partido Socialista que apruebe en la Cámara de Diputados de Santa Fe el cupo laboral trans para toda la provincia. “Eso demostraría coherencia y hasta ahora no ha pasado”, concluyó.
Qué establece la ordenanza
La ordenanza de cupo laboral trans establece que el Área de la Diversidad Sexual del municipio deberá generar un Registro Único de Aspirantes que incluya a personas travestis, transexuales y transgénero que aspiren a obtener un empleo en las jurisdicciones municipales con el objeto de facilitar su incorporación laboral.
Además de los datos personales, laborales y de formación, el registro incorporará los antecedentes penales de los postulantes pero “exceptuándose aquellos que guarden relación directa o indirecta con el trabajo sexual de las y los interesados”.
La Municipalidad deberá informar las vacantes que se produzcan en sus dependencias al Área de la Diversidad Sexual, Oficina de empleo y Dirección Personal de la Municipalidad, para que las mismas puedan convocar a participar de la instancia de concurso a las personas inscriptas en el registro único de aspirantes de personas trans.
Para reglamentar y poner en funcionamiento la normativa, el Ejecutivo municipal tendrá 90 días desde el momento de la publicación.