"El Gobierno ha acogido la voluntad de los manifestantes, dándoles dos alternativas", dijo la intendenta metropolitana, Cecilia Pérez. "Hago un llamado a dialogar y facilitar la coordinación que corresponde para no afectar al millón de santiaguinos que diariamente se desplaza al centro de la ciudad", agregó la intendenta.
Los estudiantes planeaban marchar este martes desde Plaza Italia, habitual centro de reunión de celebraciones deportivas, hasta la Plaza Los Héroes, en un recorrido que incluye varias cuadras de la céntrica Avenida Alameda y el paso por el frente de la casa de Gobierno. Se trata del mismo trazado que han hecho en tres anteriores grandes movilizaciones, con cerca de 80 mil personas cada una, el 14 y 30 de junio y el 30 de julio.
Pese a que el Gobierno había declarado ilegal la protesta, universitarios y alumnos secundarios intentaron marchar el pasado jueves por la Alameda. Sin embargo, un fuerte operativo policial evitó que continúen por el trazado, lo que provocó incidentes que se saldaron con más de 800 detenidos.
La nueva protesta encontrará al gobierno de Sebastián Piñera debilitado (su respaldo llegó a mínimos históricos) y en momentos en que intenta convencer a la oposición de abordar la crítica situación educacional en el Congreso.
Luego de que socialistas y comunistas anunciaran un bloqueo legislativo, este lunes representantes del Ejecutivo mantuvieron una reunión con los líderes de la Democracia Cristiana. "Valoramos el paso que ellos han dado. Sabemos que les ha costado algunas dificultades y críticas. Eso es lo que venimos planteando: la necesidad de voluntades, de liderazgo, que nos permitan avanzar en los acuerdos", dijo el vocero de Gobierno, el ministro Andrés Chadwick.
Las demandas por educación pública gratuita y de calidad en un país donde toda la educación universitaria es pagada están cruzadas por un debate más amplio sobre la representatividad del sistema político y la inequidad del modelo de desarrollo de Chile.
Desde sectores oficialistas hasta líderes comunistas, hay consenso en la necesidad de introducir cambios en la Constitución y el sistema electoral heredados de la dictadura militar. Las diferencias están en la profundidad y sentido de ellos.
También complica el escenario la proximidad de las elecciones municipales de 2012 y presidenciales de 2013, hecho que incluso debilita el poder presidencial, según expertos.
Fuente: AFP-DPA