Se trata de Leonel Angel Coira, un argentino de 7 años, que se convirtió en la contratación más joven de la historia de los merengues. ¿Un nuevo Messi?
Su primer nombre es un homenaje que su padre, Miguel, le hizo a Leonel Gancedo, a quien conoció jugando en el club Parque y en Inferiores de Argentinos. Leo nació el 29 de marzo del 2004, cuando el otro Leo, Messi, aún no había explotado en el Barcelona. Le gusta jugar de enganche, es diestro.
Su papá lo define: “No queda bien que lo diga yo porque soy el padre, pero me emociona ver cómo se divierte con la pelota”. Y con siete años se convirtió en el niño más joven que haya firmado un contrato para el Real Madrid, dato confirmado por Rafael Gabaldón, empleado del club en la parte administrativa de las Inferiores. Leo puso su nombre en la ficha y papá la rúbrica por la cual el club es titular de los derechos federativos del argentino.
Hasta hace poco su lugar de práctica de fútbol era el Moraleja de Enmedio, donde su padre ejerce de entrenador en las categorías formativas. Aunque el Madrid, por presión de Paco de Gracia, director del área de captación de juveniles del Merengue, quiso asegurarse sus servicios. Tenía sus motivos: por Leo también había interés del Atlético de Madrid. El Colchonero, incluso, le había hecho llenar una ficha de inscripción y contaba con él para su cantera.
Leo juega en equipos de siete futbolistas, que sólo usan la mitad de un terreno profesional para jugar (lo que en fútbol 11 es el ancho de la cancha, acá es el largo). Y al pibe no le hablen de contratos: con un promedio de cinco goles por partido, se divierte mucho con la pelota al pie. En el Madrid jugará con la categoría de los Benjamines (los más niños) donde los entrenadores tienen la indicación de estimular lo lúdico, pulir la técnica y evitar transmitir presiones que puedan alterar a un preadolescente.
En España es normal que los clubes busquen niños a futuro, aunque el Madrid no sale a buscar fuera de España a chicos de esta edad. Tiene “ojeadores” por el mundo, pero están detrás de chicos más grandes. Con siete años, a Leo no se le puede imponer nada, sólo que se divierta. El tiempo lo ubicará en su lugar…
Fuente: Olé