“Estamos tocando en general un resumen lo más compacto posible de toda la discografía, porque cada vez tenemos más canciones y no queremos dejar nada afuera. Vamos combinando un recorrido de todos nuestros discos”, anticipa Maxi Prietto sobre la presentación que realizarán Los Espíritus por primera vez en Venado Tuerto, este viernes 29 desde las 22 en 1927 Multiespacio (Av. Casey 435). El guitarrista y cantante, que comparte el proyecto con Miguel Mactas en guitarra, Martín Ferbat en bajo y Pipe Correa en batería, afirma que no tiene ninguna referencia sobre la ciudad, por eso “estaremos tocando y conociendo al público, que es más divertido”.
Las entradas ya pueden adquirirse en 1927 Multiespacio o en la página web alpogo.com a un valor de 1.800 pesos. Como banda invitada estará abriendo la noche La Vieja Putrefacta.
-La banda se nutre se sonidos muy clásicos como el rock, el blues y la psicodelia, pero al mismo tiempo logran que esa mezcla sea muy actual. ¿Es una búsqueda intencional de la banda?
-Somos bastante insoportables en el estudio (risas). Todos tenemos nuestras opiniones muy claras y cambiantes y nos gustan muchos géneros musicales. Cuando producimos nos gusta irnos a algo distinto, pero suele pasar que enchufamos, tiramos una canción y sale en esta conjunción de Los Espíritus. Los pilares siempre fueron el blues, la psicodelia y el sonido de las percusiones, que siempre quisimos incorporar y yo lo tomaba como un rito, medio de exorcismo, que incentiva a la zapada estirada y que se arme el groove. Después empezamos a escuchar mucha música latina, salsa, y buscamos agarrar algo del calor de esa música. Y en esos ritmos nos movemos con las letras que van surgiendo.
-Por todo eso es que suenan como Los Espíritus, no hay nada que se parezca demasiado.
-Me pasa en los festivales que digo “sonamos muy Los Espíritus” (risas). En la variedad de grupos nos encontramos en un rincón que no sé muy bien qué es.
-Son originales en una época donde es cada vez más difícil lograrlo…
-Cuando te proponés ser original es muy difícil, y al revés nosotros queremos ir a la raíz, escuchamos blues, salsa o bolero y queremos ir ahí… Queremos revolver más en el pasado que en la idea de la música del futuro, no queremos inventar nada nuevo, sino hacer la música que nos gusta y cambiar de acuerdo a lo que vamos escuchando. Para mí tener una banda es como un juego, y va surgiendo meter un poco de una cosa u otra, pero todas cosas que ya existen.
-¿Y cómo se llevan con los ritmos actuales de trap y reggaetón que van ganando terreno, incluso dentro de los festivales de rock?
-Nosotros bien porque no nos afecta en nada, hacemos la música que siempre hicimos. No me gusta cuando se da esta cosa de menospreciar a las nuevas generaciones o a otros géneros. Eso no me cabe. Se arma esto de que “no tocan y nosotros sí somos músicos”, o lo del autotune que son debates de panelistas. Creo que es más un tema de gente que se está quedando afuera y le da bronca, yo tengo 40 años y estoy contento con esta edad. Nosotros no tocamos la guitarra criolla, sino que la pasamos por un wah wah, un delay y demás efectos. Siempre se dan cambios.
Momento musical
-¿En qué momento están como banda? Despegaron desde el under, sumaron popularidad, tuvieron una crisis interna con salida de integrantes y ahora parecen levantar vuelo nuevamente…
-Estamos en una etapa de mucha exploración sonora. Sacamos Sancocho Stereo que fue un experimento durante la cuarentena que publicamos en capítulos de tres canciones y ahora estamos con ganas de hacer un disco nuevo, con algunos cambios en el tipo de producción para no repetirnos. Buscamos un trabajo más orquestado, con los silencios y ver cómo conviven las percusiones con la batería, cuánto tocan las guitarras, etc. Estamos ensayando mucho, en un momento muy musical.
-En Sancocho hicieron versiones que mostraron algunas influencias como Vox Dei y Bob Dylan, y tuvieron varios invitados que de alguna forma legitiman a Los Espírtus. ¿Lo sienten así?
-Hace mucho que queríamos hacer un disco caótico, porque en general los discos se graban y se mezclan de una forma coherente, como Agua Ardiente. Pero tenía ganas de hacer un disco como Casa Babylon de Mano Negra, que parece un zapping donde todo el tiempo van cambiando los géneros. Quería que Los Espíritus tengan eso y en la pandemia nos encontramos con grabaciones en distintos estudios durante las giras, temas nuevos y otros que fuimos grabando cada uno en su casa en la cuarentena, más invitados de otros países que nos mandaban sus registros. Entonces se dio ese collage, con la presencia de Santaolalla, Carca, Melingo, Huaira, Bombino, entre otros. Y La Antillana fue mezclado por Scientist que es un productor jamaiquino de dub que no podíamos creer lo que hizo con el tema.
-Los Espíritus es una banda prolífica (cinco discos en doce años), pero además vos le sumás tu proyecto solista, los discos de Prietto viaja al cosmos con Mariano, un disco de boleros a dúo con Poli (cantante de Sr. Tomate). Parece que estás creando todo el tiempo.
-La verdad que sí, estoy muy activo. Yo había hecho un disco de boleros grabado en mi casa y me había quedado con ganas de hacerlo con una banda y arreglos. Y después eso se expandió porque a Poli la invité para un tema y nos sentimos muy bien la sala, entonces le dije que hagamos el disco juntos. Y se sumaron Andrés Calamaro y Santaolalla que le dieron mayor repercusión y también un salto en las canciones, porque Andrés hizo un trabajo con las voces que fue una clase magistral en diez minutos. Y con Mariano habíamos hecho un disco doble y parecía que no había más nada para hacer, hasta que nos agarraron ganas de hacer algo nuevo después de varios años y estuvo buenísimo. Cuando aparece una idea es muy difícil no seguirla, me gusta que se materialicen.