Dando continuidad al proyecto municipal “Huellas de mi ciudad”, el miércoles 8 de enero se llevó a cabo el segundo itinerario cultural por algunos sectores de los barrios Centro I y II. Participaron más de 30 adultos mayores que asisten a la Colonia de la Tercera Juventud, dependiente de la Dirección de Deportes, acompañados por los profesores Claudia Uribe y Diego Morello; y como guías culturales Claudio Lezcano y Mariela Gallego.
La directora de Educación, Prof. Bibiana Pieli, les agradeció la participación a esta propuesta municipal, resaltando la importancia de “rescatar sus historias para configurar y afianzar las identidades que conviven en nuestro medio y así apropiarnos de los rasgos que nos identifican. Esta es la mejor forma de valorar cada espacio de nuestra ciudad y entre todos poder mejorarla cada día, tal como lo propone la gestión de nuestro intendente José Luis Freyre”.
Este segundo itinerario se presentó con el hilo conductor de la masonería, dado que en nuestra ciudad tuvo mucha influencia con la llegada de los inmigrantes italianos en la creación de otras instituciones culturales, financieras y educativas. Estos inmigrantes en principio llegan a la ciudad a fines del siglo XIX y principios del XX como obreros del ferrocarril y a partir de allí comienzan a trabajar en forma mancomunada en los diferentes ámbitos de la ciudad.
Los lugares que se recorrieron fueron: Plaza Sarmiento, ICES, antigua estación de servicios, Boyle Hermanos, Plazoleta 26 de Abril, Escuela Nº 496, Templo Masónico, Teatro Provincial Ideal, Cine Teatro Verdi, centro comercial a cielo abierto y Biblioteca Popular J. B. Alberdi, finalizando con un desayuno en el Bar Hora 25.
Este recorrido aportó no sólo una nueva mirada de estos espacios de la ciudad, sino también un reconocimiento a las voces de nuestros adultos mayores y sus historias, lo que implica su (re)valorización como personas, como los únicos protagonistas capaces de preservar las raíces de nuestros espacios urbanos, conservar la potencialidad mágica de cada uno de ellos, para poder fortalecer nuestras identidades desde la memoria y la palabra.
Sus voces vibraron en anécdotas, dichos populares, apodos, recuerdos, historias de vidas, en la construcción del relato desde el imaginario colectivo, avivando la memoria y logrando (re)construir huellas de nuestra ciudad que el pasado cercano los tuvo a nuestros adultos mayores como protagonistas.