Esta semana desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia se dispuso el traslado de los detenidos que se encontraban alojados en las comisarías 12° y 14° de Venado Tuerto con el objetivo de reasignar funciones al personal policial y poder fortalecer el patrullaje en las zonas más críticas de la ciudad, que en las últimas semana fue el barrio Santa Fe con la sucesión de balacera contra el frente de viviendas.
El jefe de la Unidad Regional VIII, Ángel Acosta, confirmó a VerTV que “se liberaron los penales de las comisarías 12° y 14° porque teníamos un problema, dado que quitaba efectividad al personal que debíá estar abocado a la custodia de los detenidos”.
En total, entre las dos dependencias, esta semana se trasladaron11 detenidos hacia la alcaidía de Melincué, quedando liberadas las comisaría de la zona sur de la ciudad. En tanto, en la Segunda todavía permanecen 11 personas alojadas y la intención es trasladarlas la próxima semana, aunque para eso se necesita que se libere espacio en Melincué, donde la capacidad también se encuentra desbordada.
Ángel Acosta, jefe de la UR VIII.
“Después que se liberaron las dos comisarías se pudo tener mayor presencia en las calles, los vecinos nos hicieron saber que se vio un incremento del patrullaje”, resaltó Acosta.
Dando más detalles, el representante del Ministerio de Seguridad, Sergio Maidana, puntualizó que “en el barrio Santa Fe estamos teniendo problemas, por eso estamos estableciendo mayor operatividad a las comisarías, achicamos la zona de acción de las PAT, Gendarmería va a colaborar después de algunos cambios internos y se saca un móvil del centro para los barrios, dado que ese sector lo tenemos cubierto con la presencia de las motos”.
Así, reconoció que hasta el momento “teníamos que estar custodiando a los detenidos y los efectivos sólo estaban para tomar denuncias. Ahora la orden es que se haga cacheos en motos y autos, con el objetivo de prevenir las balaceras que estamos teniendo en la zona”.
Primeros resultados
De hecho, el comisario Acosta destacó que a partir de ese trabajo de mayor intensidad en los últimos días “se detectó a dos personas que llevaban cobre en una moto y es un tema que veníamos trabajando por el robo de cables que se viene dando. A partir de eso el fiscal ordenó allanamientos y hubo resultado positivo con el secuestro de cables y cobre preparado para la venta”.
Esa tarea derivó en una inspección sobre chatarrerías y comercios que compran cobre, secuestrando 25 kilos de material sin declarar.