El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación de mayo fue del 1,5 %, el registro más bajo en cinco años, lo que el Gobierno nacional celebró como un logro clave en su plan de estabilización económica. A nivel local, los datos muestran una realidad algo distinta: el relevamiento realizado por el Centro de Estadísticas de la UTN Regional Venado Tuerto arrojó para la ciudad una inflación del 1,9 %, con una variación interanual del 46,62 %, por encima de la media nacional.
El dato nacional marca una inflexión en la dinámica de precios. Con este registro, la inflación acumulada en los primeros cinco meses de 2025 llega al 13,3 %, la cifra más baja para este período desde 2020. La variación interanual, en tanto, se ubicó en 43,5 %, registrando trece meses consecutivos de desaceleración. Desde el Ministerio de Economía destacaron que, si se excluye el efecto estadístico de la pandemia, se trata del menor nivel de inflación mensual desde noviembre de 2017.
Según datos oficiales, la inflación núcleo (sin estacionales ni regulados) fue de 2,2 %, mientras que los precios regulados aumentaron un 1,3 % y los estacionales registraron una baja del 2,7 %, explicada en parte por la caída de precios como el de las frutas (-6 %). Entre los rubros que más subieron estuvieron Restaurantes y Hoteles (+3,5 %), Comunicación (+3,1 %) y Vivienda, agua y electricidad (+3,1 %).
Pero el escenario en Venado Tuerto presenta algunas particularidades. La UTN local, a través de su observatorio económico, midió una inflación mensual del 1,9 %, impulsada por subas en Indumentaria (2,6 %), motivadas por el cambio de temporada; Alimentos y Bebidas (2,3 %), con aumentos estacionales en huevos, lácteos y verduras; y Vivienda y Servicios (2,4 %), donde pesaron los ajustes en alquileres, servicios públicos y expensas.
Aunque la cifra local no se aleja drásticamente del promedio nacional, la inflación interanual en Venado Tuerto (46,62 %) se mantiene por encima del dato general.
La interpretación política
Desde el gobierno de Javier Milei no dudaron en exhibir el dato como prueba de éxito en su estrategia antiinflacionaria. La caída sostenida en el índice de precios forma parte del núcleo del discurso oficial: demostrar que el “ajuste sin anestesia” está rindiendo frutos.
Sin embargo, analistas y economistas advierten que el freno inflacionario se da en un contexto de recesión, con caída del consumo, congelamiento de salarios y fuerte contracción del gasto público. En paralelo, la retracción de la demanda y la estabilidad del tipo de cambio operan como anclas inflacionarias, pero a un costo social que todavía no se ha terminado de dimensionar.
En el caso de Venado Tuerto, los datos de la UTN permiten advertir que la desaceleración de precios no implica una mejora homogénea. Alimentos, alquileres e indumentaria —tres rubros sensibles para las familias trabajadoras— siguen mostrando aumentos que impactan de forma directa en la vida cotidiana, aun cuando la velocidad de esos aumentos haya disminuido.
Aunque el 1,5 % de inflación nacional de mayo representa un dato positivo en términos macroeconómicos, la comparación con la realidad local demuestra que la estabilización aún no se traduce en una mejora palpable y pareja en todo el territorio. Venado Tuerto, como muchas ciudades del interior, sigue registrando subas que reflejan una economía todavía tensionada, con precios sensibles que no dan tregua.
La baja en la inflación mensual es real, pero no necesariamente significa alivio inmediato para los bolsillos, especialmente en sectores donde los aumentos —aunque moderados— siguen acumulándose mes a mes. La pregunta de fondo, tanto en la Nación como en las provincias y localidades, es si esta estabilización será sostenible y a qué costo social se mantendrá.