Este fin de semana los medios nacionales se hicieron eco de la presencia de dos gavilanes o águilas en el estadio de River Plate que se encargan de evitar que las palomas se coman las semillas del césped del renovado estadio Monumental. Más allá de la sorpresa que causó la información porque es algo inédito en el fútbol argentino, la realidad es que existen tres empresas en el país que desarrollan el control de plagas a través de aves rapaces y una de ellas es de Venado Tuerto. Quien está al frente es Mauro Príncipe y es uno de los que interviene en este trabajo que ya se viene desarrollando en la cancha del Millonario.
“La cetrería es el arte de adiestrar y cazar con aves rapaces, en el país hay alrededor de 70 cetreros, pero solamente tres nos dedicamos al control biológico de fauna: uno en Mendoza que trabaja con las bodegas, Diego Bustamante que está en Buenos Aires con su empresa que hizo el contrato con River y nosotros en Santa Fe. Pero trabajamos siempre en forma mancomunada, especialmente cuando hay trabajos grandes como es el caso de River”, relató Mauro Príncipe a VerTV.
La tarea consiste en disuadir la presencia de las palomas, que son una plaga y generan múltiples inconvenientes en diversos ámbitos. “Me llamaron porque es necesario volar dos o tres pájaros al mismo tiempo, nos dieron el alta en River y estamos autorizados a trabajar. Yo tengo hembras que son un poco más grandes, el que se convirtió en meme es un macho”, contó Príncipe.
River hizo una obra de infraestructura muy importante, bajaron la cancha y resembraron con un sistema hídrico muy moderno que permite tener un césped híbrido con un entramado muy fino y partes de pasto artificial. Sin embargo, semejante inversión encontró dificultades por la presencia de palomas que se encuentran instaladas desde hace mucho tiempo en todo el sector del estadio.
“Las palomas bajan a la cancha y comen el semillado y el verde, y no hay forma de sacarlas. Nosotros trabajamos como gavilanes mixtos o águilas de Harris, que es el mismo animal, es autóctono y pertenece a la familia de las águilas, mide un metro de envergadura y pesan un kilo, con 70 centímetros de altura”, describe el cetrero venadense.
Estas aves vuelan de manera sistemática en el lugar donde está la plaga, realizan algunas capturas de palomas y eso es un mensaje que ya codifica el resto, que identifica que hay un depredador en esa zona y abandonan el lugar.
“El contrato con River es por un año, hace 15 días que se logró neutralizar la presencia de las palomas en el campo de juego porque ya no baja ni una. Ahora estamos trabajando en los anillos del estadio por fuera de las bandejas, ya neutralizamos la zona de palcos”, amplió Príncipe.
En definitiva, entre la sorpresa y el meme, hay un venadense involucrado en una tarea desconocida para la mayoría y que le termina cuidando los intereses futbolísticos a uno de los mejores equipos del continente, para que la pelota ruede sin alteraciones por el verde césped.