CiudadSocialesPueyrredón campeón: el camino de un sueño hecho realidad

Juan Miserere08/12/2022
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El pitazo final del árbitro nacional Silvio Trucco consolidó la victoria de Juventud Pueyrredón sobre Atlético Elortondo por 4-1 y de esa forma el equipo venadense logró el primer título de su historia en la Liga, después de atravesar un proceso institucional y deportivo lleno de particularidades. Un club de joven historia en el mapa futbolero de la región, asociado a nombres célebres y a la construcción de un sueño que definitivamente terminó de tomar forma con la consumación del éxito. Ese anhelo que persiguen todos al comienzo del año y que solamente uno consigue.

Juventud Pueyrredón se fundó a mediados de la década del ’50, a pocas cuadras de la plaza San Martín pero con una impronta de club de barrio: cancha de bochas y boliche. Ese perfil lo mantuvo inalterable hasta el 2006, cuando apareció la idea de armar un equipo de fútbol, en una ciudad en la que muchos consideran que ya hay demasiados equipos compitiendo en la Liga Venadense. Pero el Pulga (se dice que el apodo obedece a un viejo galpón del club de dudosa higiene y superpoblación de estos insectos) consiguió hacerse un nombre muy rápido en las canchas de la región, con el popular Turco García como entrenador y atractivo principal en esos primeros tiempos.

El exjugador de la Selección Nacional llegó a Venado Tuerto atravesando un difícil momento con su adicción a la cocaína, pero Pueyrredón lo bancó, vivió sus distintos procesos hasta su feliz recuperación y lo convirtió en su emblema para siempre. Tanto es así que la cancha de Pueyrredón lleva su nombre. Y el Turco, que supo en los últimos años reconstruir su actividad mediática en Buenos Aires, avisa como Pichuco que siempre está llegando a Pueyrredón y a la ciudad, porque nunca se fue.

Esa cancha, ubicada en el borde de los barrios Santa Fe y Alejandro Gutiérrez, rodeada de casas humildes, comedores y merenderos comunitarios, es el mejor reflejo de la transformación del Pulga, que pasó en pocos años de una precariedad casi completa a tener tres tribunas, cabinas de transmisión, palco y vestuarios renovados.

Yo llegué cuando el club estaba arrancando a jugar, esta cancha no tenía nada, no había tribunas y cortábamos el pasto con un cuchillo de las matas que tenía. Por eso este título es un regalo al club que tanto se esforzó para tener esto”, dijo Alain García, uno de los tres hijos del Turco que vistió la camiseta de Pueyrredón en estos años, y ahora protagonista de este logro.

En la misma línea, el arquero Walter Escobar, uno de los históricos del Pulga, remarcó que “este club es muy humilde, yo vine en 2013 y lo que ha mejorado en este tiempo es una locura. Hoy está a la par de clubes que tienen cien años”. De hecho, es una de las pocas instituciones de Venado Tuerto que hoy puede jactarse de tener sede social y predio deportivo.

De las bochas al fútbol

Para entender la transformación de Pueyrredón hay un nombre fundamental: Osvaldo Fernández. Empresario del rubro de las viviendas industrializadas, llegó a Venado Tuerto y se instaló a vivir justo enfrente del club. Entonces se convirtió en un asiduo participante de la vida social, con sus torneos de bochas y demás actividades. “El Toto Butto que era parte del club vio aptitudes en mí que ni yo sabía que tenía y un mediodía me propuso que sea el presidente del club. Yo no tenía nada que ver con las bochas, pero me dijo que veían ganas y empuje y que necesitaban gente joven, yo en esa época tenía 40 y pico. Me convencieron y empezamos a hacer un montón de cosas”, cuenta. Hoy Fernández es vicepresidente de su amado Talleres de Remedios de Escalada: Butto no se equivocó.

Osvaldo Fernández y el Turco García presentando el proyecto del fútbol en 2006.

Siempre hablábamos de fútbol y yo preguntaba por qué no teníamos un equipo, y me decían que era caro, y les respondía que se podían conseguir sponsors y lograrlo. Fue así que empezamos una negociación en la Liga Venadense junto a Daniel Liendo, mi gran compañero desde siempre” y actual presidente del club.

Se llegó a la instancia de votación entre todos los clubes para aceptar la incorporación del Pulga a la Liga y, memorioso, Fernández recuerda que “todos votaron a favor menos uno de Venado Tuerto, que dijo que ‘ni sumábamos ni restábamos’”. El Pulga terminó sumando y mucho.

Apareció entonces la idea de seducirlo al Turco García y Pueyrredón empezó a peregrinar por distintos estadios: primero fue local en Sacachispa, pasó por San Eduardo, por Camen, entrenando en el Parque Municipal, en el Prado de María, en plazas… un equipo nómade.

El Turco García con sus hijos Alain, Christian y Yamil fetejando el título.

Pero el club se consolidaba en la Liga y ya necesitaba una cancha propia. “Ahí vino el primer gran cimbronazo porque la Municipalidad nos cedió el predio donde hoy está la cancha (que antiguamente había sido de Estrella del Sur), pero estaba en muy malas condiciones, usurpado por varias familias”, recuerda Fernández.

Iniciaron negociaciones, les dimos casas de Tecnohouse para que se vayan del lugar, igual no se iban, lo que plantábamos en el lugar nos lo robaban enseguida. Fue un momento muy duro, lo más complicado en la historia del Pulga”, afirma.

Pero de tanto ir con Daniel Liendo y el Turco García “pudimos tapialar la cancha, hacer un movimiento de tierra con un costo monstruoso para poder armar el estadio” y Pueyrredón empezó a construir una identidad barrial.

El camino

En lo deportivo, el Pulga en 2006 hizo su estreno en la Liga, un año después jugó la Promoción para ascender a Primera A, pero se quedó en la puerta. En 2008 se consagró campeón de la B, aunque le costó afianzarse en la categoría superior y descendió en 2010. En 2012 volvió a ascender y ya nunca más bajó. Al año siguiente clasificó por primera vez para pelear por el título y llegó a semifinales, instancia que repitió en 2015 y 2021, mientras que en 2019, previo a la pandemia, había jugado por primera vez una final, perdiendo con Studebaker de Villa Cañás. El éxito estaba al caer.

Juventud Pueyrredón en su primer año en la Liga.

Al club le faltaba un título de Liga, porque ya tenía un Federal C, pero esto es dificilísimo de logar y por suerte lo conseguimos”, dijo Rodrigo Aglieri, talentoso volante y emblema del club, que formó parte de aquel logro en 2017. De ese plantel que dirigía Mauricio Piersimone también permanecen Escobar y Brian Hermosa.

Para mí el Argentino fue más importante, sobrepasa a cualquier Liga”, afirma Fernández sobre aquella tarde épica ante Santa María de Oro de Concordia. Sin embargo, Pueyrredón no se pudo consolidar en la cuarta categoría del fútbol argentino y descendió. Quizás, aquel logro en el Federal sea más solitario, mientras que en la Liga están puestos todos los ojos de la región futbolera, por eso el impacto termina siendo superior.

Pulgosos y felices

Todo este camino, desde la cancha de bochas y el galpón con pulgas, del terreno usurpado hasta el estadio renovado que luce hoy, terminó con la consolidación de un éxito deportivo que se veía venir, en una institución fuertemente ligada a la empresa Tecnohouse, donde la mayoría de los jugadores además de calzarse la camiseta, tiene su trabajo. Una verdadera familia de convivencia full time: en la fábrica, en la práctica y el domingo en la cancha.

Los sueños se cumplen si lo hacés con ganas y pasión, con ímpetu y sin bajar los brazos. Los fundadores del fútbol de Pueyrredón seguimos estando juntos, estamos siempre los mismos. Es una satisfacción increíble, somos muy felices con el Pulga”, concluyó Fernández, el que un día soñó con un club de fútbol que hoy es campeón.

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