Patricio Marenghini dejará la próxima semana la banca que ocupó los últimos cuatro años en el Concejo, pero además de alejarse de los cargos públicos, el dirigente justicialista le dirá “hasta luego” a la política. Después de una intensa actividad en los últimos siete años (secretario de Servicios y Espacios Públicos, concejal, precandidato a senador), priorizó cuestiones familiares y la actividad privada, aunque seguirá vinculado a diferentes instituciones locales y regionales.
“La pandemia me hizo ver lo ausente que estaba en mi familia, justo fui papá cuando empezaron las medidas de restricciones. Yo no digo que me voy de la política pero sí me tomo un tiempo y digo hasta luego, tengo hijos chicos y si puedo dejarles algo a ellos tiene que ver con mi profesión y la producción agropecuaria, apuntalando la empresa familiar”, le contó a Venado24.
Esta nueva etapa, Marenghini seguirá vinculado al Colegio de Ingenieros Agrónomos (su profesión), al Centro Regional para el Desarrollo y a la Universidad del Gran Rosario en un rol académico, pero “en lo que respecta a la militancia, voy a estar desde el llano, sin la dedicación y el fervor que me caracterizaron en los últimos siete años”, avisa.
Ya con la perspectiva que le otorga el sentirse “afuera” de una estructura, Marenghini sostuvo que “nuestro espacio está en plena reorganización, como sucede después de cada derrota, y me pareció oportuno dar el lugar para que surjan otras figuras, que dentro del peronismo es algo que siempre cuesta mucho. Ahora la llegada de Sebastián Roma al Concejo va a aportar un perfil muy interesante”.
-Si uno mira la película completa, en 2017 perdieron una banca en el Concejo, en 2019 la intendencia y ahora quedaron terceros con un piso histórico de votos. ¿Le preocupa este proceso de reconstrucción del peronismo local?
-En nuestra ciudad esos procesos son muy lentos, pero creo que el tiempo de la reconstrucción del peronismo va a depender mucho más de lo local para volver a ser opción de gobierno. Si lo vamos a atar a los procesos externos, empiezan a reinar los objetivos individuales de cada dirigente que quiere ocupar un cargo provincial o nacional. La reconstrucción tiene que ser reivindicando las bases, surgiendo de la periferia hacia el centro, caminando con el cuadernito bajo el brazo, casa por casa, para recuperar la mística del peronismo que nuestro espacio nunca perdió. Sí perdimos el electorado independiente que hemos tenido en su momento.
-¿Con qué liderazgos se debe dar esta nueva etapa?
-Los liderazgos se consolidan con votos, pero hoy eso no alcanza porque muchas veces alguien que consigue resultados electorales no tiene la pasta para liderar. El peronismo local debe lograr un proyecto aggiornado a los tiempos que corren y haciendo autocrítica, porque esto fue crónica de una muerta anunciada y no tuvimos reflejos para maniobrar. Ahora tienen que surgir nuevos liderazgos, hay muchas corrientes en el peronismo y cada uno pretende liderar. Creo que en Venado Tuerto no sirven las posiciones fanáticas, tiene que haber un peronismo que sostenga las ideas principales pero apuntando a un electorado independiente de perfil venadense.
-¿Y cuál es el lugar que le cabe a José Freyre en el futuro?
-Uno lo puede ver cansado porque son muchos años de trayectoria, pero rescato que caminando en los barrios la gente lo referencia y él sostiene un vínculo que es genuino con los vecinos. Ninguno de los que seguimos sus pasos pudimos lograr eso, y para conseguirlo hay que caminar y estar; aunque parece que ese perfil ya no es compatible con la realidad que vivimos, donde vale más lo que decís y aparentás que lo que hacés realmente, que es algo que trasciende a nuestra ciudad. Hoy predominan las redes sociales y la publicidad.
-¿Eso es lo que le cuestionan al gobierno municipal?
-Sí, con la llegada de este gobierno se terminó legitimando ese formato y los otros espacios tienen que entrar en esa lógica. Eso también me alejó de la política. Hoy si querés competir tenés que tener esos parámetros y es muy difícil hacerlo en esos términos, por eso la importancia del debate y que las sesiones del Concejo se transmitan y estén disponibles para toda la comunidad como pidió Sebastián Roma. Me preocupa ese estilo de hacer política: de aparentar y la foto.
-¿Cree que el apoyo que obtuvo el gobierno local tiene que ver solamente con eso?
-No, no. Tiene que ver con un contexto donde se nacionalizó la campaña y recordemos que son dos años de gestión en una ciudad acostumbrada a ciclos largos. Cuando José (Freyre) sacó casi un 70 por ciento de los votos el radicalismo estaba en un proceso parecido al que tenemos hoy nosotros. El desafío es leer lo que pasó para achicar los tiempos. La gestión municipal tiene errores garrafales, pero la gente se los perdona como a todos los que recién ingresan.
El aprendizaje
-A usted le tocó entrar en la gestión municipal en 2014 en un lugar muy importante con tan solo 25 años y enseguida fue candidato. Mirando en perspectiva, ¿haría el mismo camino o preferiría un crecimiento paulatino?
-Si pudiera volver hacia atrás, creo que sería mejor algo paulatino. Yo no pude hacer mi carrera política de forma escalonada, sino que entré con 600 empleados a cargo. Creo que lo mejor es hacer poco y bueno, porque me tocó como funcionario ser un bombero que va apagando incendios, con poco margen para planificar. Pero hay proyectos que perduraron por estar todos los días las 24 horas a disposición. Cuando estuve en el Ejecutivo lo mío era todo gestión y me faltó más política para capitalizar y comunicar las acciones.
-¿La política le va a permitir volver?
-La política premia a la constancia y lo podemos ver en un montón de casos. No premia al que un día decide alejarse y dedicarle mucho menos tiempo, como voy a hacer yo. Los baches que uno deja los cubren otras personas, y acá primó la decisión familiar. Abandono las aspiraciones de cualquier político de ocupar cargos y crecer: si yo tuviera la ambición de ser intendente no seguiría este camino.