CiudadCulturaMarcelo Sevilla rescata en un libro los años dorados de La Biblio

Juan Miserere28/11/2021
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El próximo sábado 4 de diciembre a partir de las 20 se presenta “La Biblio, esa historia” en la cancha de Los Andes de San Eduardo, en una jornada donde se mezclarán el fútbol, la literatura y la fiesta, buscando aproximar lo más fielmente posible el espíritu de aquella experiencia de los ’80 y los ’90 en Venado Tuerto que Marcelo Sevilla se decidió a plasmar en un libro que, a esta altura, era una cuenta pendiente que necesitaba ser saldada.

Porque hubo documentales, notas periodísticas, semblanzas y distintas miradas sobre lo que pasó en torno a la Biblioteca Florentino Ameghino en ese momento histórico determinado, pero faltaba una obra integral escrita por uno de sus protagonistas más notorios.

Siempre fui receloso de escribir esa historia, porque es heterogénea, duró muchos años y participó mucha gente, y siempre corrés el riesgo de sintetizarla desde una sola mirada que sea un recorte demasiado ancho. Pero con el paso de los años empecé a escuchar una recuperación demasiado superficial y simplista que ponía en riesgo a la historia misma”, le dijo Marcelo Sevilla a Venado24.

Por eso, como si hiciera falta, aclaró: Nosotros no éramos el circo de Piñón Fijo, sino que para cada cosa (exagerada, acertada o desacertada) había un concepto y una búsqueda detrás. Entonces sentí que estaba en riesgo la esencia de esa historia, donde el paso de los años terminaba haciendo una simplificación tonta y banal”.

Tiempos de La Biblio, esa experiencia colectiva.

La pandemia que retrajo la vida social de todos, terminó siendo el empujón que le faltaba a quien fuera uno de los protagonistas centrales de La Biblio, por ejemplo desde la camiseta número 5 de aquel célebre equipo de fútbol. Pero como siempre se trató de una experiencia colectiva, Sevilla no escribió el libro en soledad, sino que “me pareció prudente y sensato recuperar algunos textos de distintas personas, casi todos en fragmentos, porque había sustancias y miradas que era importante recuperar, de gente prestigiosa y también anónima. Y además convoqué a varios compañeros y compañeras que se habían vinculado con la historia de manera directa o lateral para que escriban para el libro desde la experiencia subjetiva de cada uno. Así se fueron generando memorias muy lindas y variadas que permiten acercarse al tono que tuvo todo aquello”.

-¿Desde la mirada actual, dónde consideró que había que hacer eje para reflejar lo más trascendente de esa historia?

-La posibilidad de recuperar la historia en perspectiva es interesante. Si toda la gente que me dice que iba a la cancha a ver a la Biblioteca en aquella época realmente lo hacía, nosotros habríamos jugado con 10 mil personas todos los domingos. Y hoy hay una mirada mucho más benévola y amigable con todo eso porque ha dejado de existir. Las rispideces y los interrogantes que eso generaba han desaparecido, y en el tamiz del tiempo quedaron un montón de fantasmas y estupideces que no eran ciertos, sino que quedó una institución, un edificio y un conocimiento infinitamente mayor al que encontramos cuando fuimos. Y un montón de personas que fueron transformadas por ese movimiento, aun las que se vincularon circunstancialmente.

Los colores, una forma de contrastar a la oscuridad de la dictadura.

Marcelo Sevilla resalta que “eso no fue una experiencia de una institución, sino que fue una experiencia social. Tiene un territorio aproximado que es esta llanura con esta sociedad, y en un momento histórico que explica un montón de cosas, como la predisposición al colorido y la asociación con la alegría, que comenzó pintando el frente de la Biblioteca, se trasladó a las camisetas del equipo de fútbol y el decorado del interior. Había una afirmación de rechazo a la etapa de la dictadura que se dejaba atrás, con su oscuridad fruto de la represión y el horror que se había vivido. Y nosotros éramos la primera generación que aparecía después de esa tragedia”.

La Mona Jiménez y Marcelo Sevilla.

Fútbol, Facultad, cuarteto

Para quienes no pasaron cerca de la experiencia de La Biblio (por cuestiones geográficas o generacionales) todo suena un tanto inverosímil: la literatura como protagonista y rectora de un equipo de fútbol de vestimenta imposible que brillaba en la cancha y salía campeón, una Facultad Libre por la que pasaron muchas de las mentes más lúcidas del pensamiento nacional y académico, visitantes ilustres como Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Osvaldo Soriano (sólo por nombrar algunos) que rápidamente se sentían parte de aquello. Y la Mona  Jiménez para traer el baile.

El libro aproxima a una explicación de que esas cosas no surgieron en la creación cerrada de un gabinete de pibes que se ponían a pensar algo, sino que dispuestos a vivir y experimentar cosas, con la valentía de ensanchar el mundo de lo posible, empezaron a generar cosas que promovían antecedentes para generar otras. Con desbordes y desaciertos producto de vidas llenas de ganas, una cosa traía a la otra. Nosotros acuñábamos la idea de que la vida misma era la que nos ponía leyes en la boca, sostiene el escritor y director técnico de fútbol.

Lenguaje popular

La historia ya es conocida, de ponerse a jugar a la pelota en el patio de la Biblioteca a participar en un torneo comercial, ganarlo y decidir intervenir en la Liga Venadense hubo muy pocos pasos. Con un equipo que sorprendía desde la estética y su juego (fueron campeones dos temporadas seguidas), el fútbol le dio visibilidad y potenció algo que ya ocurría dentro de esas paredes en calle Juan B. Justo.

El fútbol permitió vincular a ese maestro mayor de obras que era el libro con las personas, la calle y el mundo real. Siempre pensamos que el libro es una herramienta extraordinaria para mejorar la calidad de la vida individual y de la comunidad que uno habita, y nos dimos cuenta que el fútbol nos dio una magnífica excusa para que todo eso explotara”, afirma Sevilla.

-¿El exitismo fue aliado de la Biblio? ¿Ayudó que el equipo entre y gane, y encima salga campeón?

-Yo creo que sí. Se juega para ganar, pero el objetivo inicial nuestro no era salir campeones, pero sí ser competitivos y cumplir con un desafío: desde la llegada a la cancha, en el partido y después había que ser coherentes con las banderas que se colgaban en el alambre, lo cual era una exigencia gigante para todos. Pero además ese equipo reunió jugadores buenos, con un sistema de entrenamiento muy avanzado para la zona y la época, con el coraje de competir afuera, lo que nos dio buenos resultados. Cuando entrábamos a la cancha a nosotros nos decían de todo, cosas muy graciosas y otras desagradables, y que tuviéramos la capacidad para jugar de verdad le dio mayor envergadura a todo lo que se hacía. Y también a la resistencia que generaba.

El ‘no’, ese motor

Es que la mirada romántica que hoy tiene la sociedad venadense hacia La Biblio, en tiempo real encontraba muchas críticas en una ciudad que entonces era más conservadora que la actual. Y eso ya es mucho decir. Para Sevilla resultó clave que esa movida tuvo mucho reconocimiento fronteras afuera, “lo que generó una devolución que con el paso del tiempo se volvió herbívora. Porque acá todos valorizan que hayamos traído a Galeano a hablar, pero en muchos lugares no nos dejaban pegar los afiches porque era zurdo”.

Y, por supuesto, “a nosotros nos decían comunistas, putos y faloperos, en diferente orden de acuerdo a la época, y ese debate lo tenías dentro de tu propio seno familiar, algunos éramos solteros pero otros eran casados y tenían hijos, había mucha complejidad para explicar por qué se dedicaban tantas horas de trabajo en algo que no obtenía remuneración. Pero había un modelo de ideas a los que cada uno se vinculó desde un registro, y algunos lo hicimos en el paquete completo. Todo eso está planteado en el libro”.

El día que Osvaldo Soriano salió a la cancha con el equipo de La Biblio.

En definitiva, lo que había en La Biblio era “un desafío al modo de ser porque uno se paraba frente al mundo, la vida y a su propio futuro y decía ‘esto no me gusta y esto tampoco’. Probablemente lo que decimos la mayoría de las personas, pero se tomó la decisión de simplemente dejar de hacerlo. Es la gran potencia del ser humano de decir ‘no’, que tiene consecuencias”.

Por eso, Sevilla puntualiza que el tono de “La Biblio, esa historia” no es una mirada nostálgica ni un mensaje de otra época, sino que “si hay algo para rescatar es una atmósfera donde las sensibilidades pueden funcionar en una frecuencia donde encontramos lenguajes comunes”.

 

La presentación del libro será el próximo sábado en la cancha de Los Andes de San Eduardo, donde el equipo de Biblioteca Ameghino hacía de local. Participando de la preventa (a través de este link) se obtienen dos entradas para el evento donde se entregan los ejemplares, e incluye la actuación del grupo La Esencia de la Cumbia y un servicio de buffet.

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