Organizado por el Instituto Superior Dante Alighieri (en el marco de su 30 aniversario) y la Asociación de Trabajadores de Prensa (ARTRAP), hoy viernes el periodista Hernán Lascano presentará en nuestra ciudad el libro “Rosario, la historia detrás de la mafia narco que se adueñó de la ciudad”. El evento se desarrollará a partir de las 20 en la sala Castalia de la Biblioteca Florentino Ameghino (JB Justo 42), con entrada libre y gratuita.
Lo cierto es que el mencionado libro, escrito por Lascano y su colega Germán de los Santos, indaga en una serie de historias que buscan dar explicación al fenómeno narco que tiene en vilo a la ciudad de Rosario y en varios de sus capítulos aparecen como protagonistas a personas oriundas de Venado Tuerto. Es que no hay dudas, que la cercanía permite entablar una directa relación entre integrantes de bandas narcos instaladas en ambas ciudades.
El aviador venadense protagonista de una frustrada fuga
De hecho, el libro comienza con una conocida crónica que involucra a dos vecinos de Venado Tuerto y la frustrada y cinematográfica fuga del Esteban Alvarado de la Unidad Penitenciaria de Ezeiza.
Así, en el primer capítulo titulado “La fuga del Siglo” Lascano y De los Santos cuentan como Alvarado, uno de los narcos más importantes de Rosario, utilizando al abogado venadense, Antonio Di Benedetto, (detenido en el marco de la denominada megaestafa inmobiliaria) se contacta con un empresario y piloto de aviones, también oriundo de Venado Tuerto, Diego Silva (el nombre de pila en realidad es Gastón).
Este último rápidamente aceptó la osada propuesta de comprar un helicóptero en España que debería pilotear para sacarlo de la cárcel.
Silva lo hizo, realizando una triangulación en Paraguay. A partir de allí comenzó el descabellado plan, que consistía en bajar con el helicóptero sobre el patio del penal y utilizando una red se colgaría de la nave para huir. Todo estaba organizado, la fuga iba a quedar en la historia, siguen describiendo los autores del libro.
Pero, con el correr de los días y por distintas circunstancias, Silva culminó arrepintiéndose y confesó el plan que se iba a concretar el 10 de marzo último, a integrantes de la Policía Federal. La crónica periodística agrega que el venadense quedó como testigo protegido y Alvarado mascullando bronca por la frustración de un plan que parecía perfecto.
El empleado judicial y su relación con el zar del juego clandestino
El segundo personaje oriundo de Venado Tuerto que aparece en el libro es el Nelson Ugolini, quien en su carácter de empleado del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario culminó condenado por trasmitirle información sobre una investigación a Leonardo Peiti, el zar del juego clandestino que luego caería en desgracia.
En el capítulo titulado “El negocio de la protección”, los periodistas relatan la trama que unía a Peite con la conocida banda de Los Monos, liderada por Guille Cantero. Es que estos últimos, a partir del 2015 imponen una nueva modalidad delictiva, ofrecen protección a cambio de dinero o de determinados favores. En dicha trampa cayó Peiti, quien tenía una extensa red de casas de juego ilegal y era extorsionado por Los Monos.
Al respecto, cuenta que dos personas fueron detenidas con armas en un operativo de rutina de la Gendarmería. Luego de este episodio, un reconocido delincuente vinculado a Los Monos “Cachete” Díaz le requirió a Peiti que mueva sus contactos para liberar a los dos detenidos. Este último se comunicó con Ugolini y le pidió que interceda. Lo cierto es que, según cuentan Lascano y de los Santos, el descubrimiento de esta maniobra por parte del zar de juego, fue la punta del ovillo de una investigación más amplia que culminó con la remoción del fiscal regional de Rosario, Patricio Serjal.
Pero, además agregan que este caso “desnudó la existencia de una compleja estructura dedicada a extorsiones de parte de una organización criminal que hostigaba a personas que operaban al filo de la ley y que por esa razón quedaban imposibilitados de denunciar los aprietes”.
Novelino, la cárcel como home office
El tercer personaje oriundo de Venado Tuerto que es nombrado por Lascano y De los Santos es el reconocido narco Nahuel Novelino.
Novelino, quien días atrás sufrió una nueva condena por amenazas contra el intendente Leonel Chiarella, se encuentra detenido federal de Marcos Paz.
La historia que cuenta el libro en su capítulo titulado “La oficina del crimen” detalla como el reconocido narco venadense cuando estaba detenido en el penal federal de Rawson (Chubut) e insólitamente controlaba a través de su teléfono las cámaras de seguridad de un negocio de ropa que tenía en el centro de Rosario. Como si eso fuera poco, a la noche se conectaba con su pareja y cenaban juntos comunicados por videollamada de Facebook live. Por supuesto, esto no es todo, además con su teléfono controlaba su negocio de venta de drogas con más de 30 personas.
Lucchini, un paracaidista en el Ministerio de Seguridad de Santa Fe
Por su parte, en el capítulo 31, titulado “El eterno retorno”, donde los autores hacen alusión a las repetidas y fracasadas estrategias de los gobiernos para intentar combatir la criminalidad narco, aparece un oscuro personaje vinculado con Venado Tuerto que provocó un escandalo de consideración en marzo del 2022.
“Seguridad fue un área acechada por paracaidistas. Entre ellos, algunos peligrosos, como un extraño personaje al que muchos le tenían miedo, y la mayoría desconfiaba: Horacio Lucchini, un hombre que no era abogado, pero provenía del Juzgado Federal de Venado Tuerto”, relatan. Para luego agregar: “Pocos días después de asumir como director de Análisis Criminal del Ministerio de Seguridad de Santa Fe fue denunciado por un integrante de la banda de Los Monos”.
Mariana Ortigala, una testigo clave del caso Esteban Alvarado (uno de los narcos más importantes de Rosario) entregó un audio y videos a fiscales rosarinos donde Lucchini aparecía pidiendo dinero para otorgarle beneficios en la cárcel a Guille Cantero.
“No hay muchos antecedentes en la historia reciente de Santa Fe de funcionarios que ocupaban cargos de relevancia que aparezcan con este nivel de complicidad involucrados con organizaciones criminales. Pero lo increíble es que Lucchini nunca fue imputado”, cierran diciendo.