Las plantas de los frigoríficos más importantes de la región se encuentran sin producción y con su personal en garantía horaria, a la espera de definiciones de las políticas nacionales en torno al mercado ganadero y al cese de comercialización dispuesto por las entidades agropecuarias hasta este miércoles.
De todos modos, la situación es diferente para la planta venadense del Swift y lo que ocurre con el frigorífico de Hughes, perteneciente a la empresa Black Bamboo Enterprises de capitales chinos. En la primera, prácticamente la totalidad de la producción se destina a la exportación, mientras que en el caso de la planta emplazada sobre la ruta nacional 8 tiene un mercado diversificado y se espera que vuelva a faenar en los próximos días.
El gobierno nacional dispuso la suspensión de la exportación de carne vacuna por treinta días, y la respuesta inmediata de las entidades agropecuarias fue realizar un paro de la comercialización de ganado. Luego de que el presidente Alberto Fernández ratificara la medida el pasado 28 de mayo, la respuesta del campo fue extender la protesta hasta este miércoles. Y algunos productores autoconvocados ya solicitaron que se extienda la medida hasta que se restablezca la autorización para exportar.
El objetivo del gobierno es aumentar la oferta en el mercado interno y lograr que baje el precio al mostrador, pero pone en riesgo el desarrollo de la industria frigorífica, que en los últimos años mostró una recuperación importante luego de que políticas similares a la que se intenta aplicar ahora generase un masivo cierre de plantas. El caso de Venado Tuerto, que estuvo seis años sin operar, es un claro ejemplo. Ahora se encuentra sin producir desde el pasado 11 de marzo.
El secretario general del Sindicato de la Carne, Christian Crudelli, confirmó a Venado24 que “tanto la planta de Swift como el frigorífico de Hughes siguen con su personal en garantía horaria y no tenemos ninguna comunicación oficial”. Sin comercialización de ganado, en el mejor de los casos podría haber algo de faena el viernes, pero no existe ninguna confirmación al respecto.
“Las plantas siguen en garantía horaria a la espera de que el gobierno, el sector ganadero y las cámaras frigoríficas lleguen a un acuerdo, que esperamos que sea pronto”, añadió Crudelli.
Realidades diferentes
El frigorífico Swift concentra en el planta de Venado Tuerto la producción que realiza para la colectividad judía con los cortes kosher, que tienen un tratamiento especial donde los propios rabinos se encargan de matar a los animales. La producción se exporta a Israel y Estados Unidos.
A finales de febrero los rabinos se retiraron del país por las festividades judías, y si bien es estimaba que retomarían a comienzos de abril, la producción en la planta del Swift de Venado Tuerto no se retomó. Y luego llegó la suspensión de las exportaciones, que si bien se anunció que sería por treinta días, no hay certezas sobre la extensión de la medida.
“Desde que se fueron los rabinos el frigorífico quedó sin producción, con todo el plantel de casi 400 trabajadores en garantía horaria. Estaba en negociaciones para restablecer la producción de cortes kosher hasta que se generó este conflicto entre el campo y el gobierno. Ahora Israel está vedado como mercado para exportar, por lo tanto seguimos a la espera”, informó el secretario general del Sindicato de la Carne.
En cambio, el frigorífico de Hughes tiene una producción más variada: también realiza cortes kosher, comercializa a China, la Comunidad Europea, Cuota Hilton y tiene algo de mercado interno. “Cuenta con alrededor de 600 trabajadores en turno mañana y otro a la tarde. Hoy están en garantía horaria por el conflicto del campo y el gobierno y también la restricción de las exportaciones”, aclaró Crudelli.
De todos modos, se espera que en este caso cuando pueda volver a comprar animales reinicie la faena, aunque habrá que ver en qué volumen.
Panorama incierto
Crudelli reconoció que la situación del Swift, que sólo produce cortes kosher, genera incertidumbre, aunque “la empresa hasta el momento está a la espera. Yo me vengo comunicando semanalmente para monitorear la situación y ellos tienen la intención de volver a trabajar, pero lamentablemente todo esto ha complicado un poco más el panorama”.
Christian Crudelli, del Sindicato de la Carne.
Desde el gremio van a esperar las novedades que surjan esta semana entre el gobierno, el campo y las cámaras frigoríficas: “La realidad nuestra es estar a la altura de las circunstancias para mantener las fuentes laborales y que se pierda lo menos posible el poder adquisitivo, porque al estar en garantía horaria ya hay una pérdida”.
Cabe recordar que esto implica el pago de 70 horas quincenales o 140 mensuales de acuerdo a la categoría de cada trabajador, lo que representa en promedio una merma del 40 por ciento del salario.