CiudadMauro CamillatoOpiniónLa segunda resurrección

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Nunca mejor elegido el próximo 26 de abril, fecha aniversario de la fundación de Venado Tuerto, para reabrir las puertas del Centro Cultural Municipal (CCM). Es que no hay dudas que está nueva resurrección (la segunda) de este emblemático y simbólico espacio es un acontecimiento que mucho tiene que ver con la historia de nuestra ciudad.

Bien lo remarcó el propio intendente, Leonel Chiarella en una reciente publicación en redes sociales, donde destacó todas estas características que rodean al lugar: “Hay un vínculo que trasciende a lo funcional y al uso que se le da al Centro Cultural, que tiene que ver con la historia y lo simbólico de ese espacio frente a la plaza y las resurrecciones que ha tenido, la historia del teatro Ópera y las vicisitudes que ha tenido ese edificio”.

Tal como dice el mandatario, está “será la segunda resurrección(y esperemos que sea la última) del imponente edificio ubicado en Belgrano 843.

La historia

El “vanguardista” Cine Teatro Ópera (así su primer nombre) nació un sábado 16 de marzo de 1957, sus propietarios y fundadores fue una sociedad conformada por Ricardo Marenghini, Víctor Seret y Ricardo Bosch.

Así, más allá de cambios de sociedades y otros menesteres, sus puertas permanecieron abiertas interrumpidamente hasta el 25 de junio de 1970, fecha del fatídico incendio que provocó su primer y prolongado cierre.

Imagen gentileza: Archivo Histórico Digital de Venado Tuerto/ Fondo El Diario

Graves daños causó el incendio de ayer en el Cine Teatro Ópera”, tituló el entonces periódico local El Diario.

En la nota describían que “en la madruga de ayer la sirena anunciadora del incendio comenzó a ulular a las 4:30 anunciando un siniestro de proporciones por la persistencia tenía su llamado. En efecto, había hecho presa del cine Ópera”.

Seguidamente destacan que “dadas las proyecciones y magnitud del fuego se requirieron los servicios de los bomberos voluntarios de Rufino, Firmat y Villa Cañás”.

La crónica continúa y relata lo dramático del episodio, subrayando que los bomberos “colaboraron en la tremenda tarea, no ya de dominar el fuego, sino de circunscribirlo, dado que el mayor peligro se cernía sobre el Colegio Santa Rosa, pared por medio con el cine”. Cabe recordar, que en esa época en el mencionado colegio residían un importante grupo de pupilas.

También la nota abunda sobre las posibles causas del incendio y, a pesar que la historia oficial posterior lo atribuyó a un cortocircuito eléctrico, en la mencionada crónica se encargan de descartar tal opción. “(…)Existe una llave generadora  que corta el suministro eléctrico”, sostienen.

Y luego agregan otro dramático dato, recordando que en la noche anterior al incendio se realizó una velada organizada por 4° año bachiller de la Escuela Santa Rosabasta mencionar detalle para imaginar lo que pudo ser si el siniestro se inicia unas horas antes”, acotan. Y cierran anticipando lo que se venía “(…) en el ánimo de la vecindad cunde un sentimiento de desaliento por cuanto a pesar de sus defectos era la sala preferida y ahora por mucho que se clame no será fácil volver a reconstruirlo”.

En las ediciones posteriores de El Diario, los propietarios del Ópera aceptan que es imposible rehacer el deteriorado edificio, sobre todo porque en esos momentos se empezaba a sentir la caída de los espectadores del séptimo arte.

Pasaron largos nueve años para que ocurriera la primera resurrección del emblemático cine-teatro.

La primera resurrección

Después de varias idas y vueltas, recién en 1973, ante la propuesta de la administración municipal a cargo de Fernando López Sauqué, que pretendía adquirir el destruido edificio, la firma Seret S.A decide donarlo al propio Municipio.

A partir de dicho momento fue Rotary Club de Venado Tuerto quien se puso sobre los hombros la tarea de conseguir los fondos para la esperada reconstrucción.

Así, bajo el eslogan: “Si ud. nos ayuda le colocamos el techoinició una exitosa campaña que rápidamente sumó a empresarios, entidades intermedias y la ciudanía en general y en dos años se logró volver a techar el edificio.

Posteriormente, comenzó la otra etapa para completar la reparación que restaba del edificio. Se realizó una licitación pública y se otorgó a la empresa Llari y Brarda la explotación de la sala por 10 años a cambio que se hagan cargo de parte de la obra. Allí se decidió, a pedido de la empresa, la idea de rediseñar el edificio y convertir la platea superior de la única sala que tenía el edificio en una nueva sala independiente.

De todos modos, se requirieron más fondos para culminar la obra y nuevamente la Municipalidad junto al Rotary Club lanzaron otra campaña, en este caso para la adquisición de butacas para, ahora, las dos salas. Fueron 1600 chequeras con 100 entradas para futuras proyecciones de cine las que se vendieron y posibilitaron conseguir el dinero necesario.

Imagen gentileza: Archivo Histórico Digital de Venado Tuerto/ Fondo Semanario La Ciudad

Con todo el esfuerzo realizado, el 4 de mayo de 1979 fue la fecha elegida para la reapertura del ahora reconvertido en Centro Cultural Municipal

Hoy la comunidad venadense vive un acontecimiento realmente trascendente que seguramente quedará grabado en nuestra historia como uno de los hechos más significativos de los últimos tiempos, no solamente por lo que representa y contribuye a nuestro avance cultural sino porque también encierra una enseñanza, para estas y futuras generaciones demostrando palpablemente cuanto se puede hacer cuando se aúnan esfuerzos para ejecutar una obra de la magnitud de este Centro Cultural Municipal”, destacó en su discurso el entonces intendente, Fernando López Sauqué.

Imagen gentileza: Fernando López Sauqué y su discurso en la reinauguración. Archivo Histórico Digital de Venado Tuerto/ Fondo Semanario La Ciudad

La segunda (¿y última?) resurrección

Lo cierto es que en marzo del 2017 el histórico edificio volvió a sucumbir, aunque en esta vez fue el hundimiento de su estructura, la que causó su temporario cierre que se extendió por cinco años. Previamente, en octubre de 2016, ya se había clausurado la Sala 2, que presentaba una importante rajadura.

Durante la administración del entonces intendente, José Luis Freyre se comenzó con los trabajos de submuración que fueron concretados por una empresa de la provincia de Córdoba. En este caso, los recursos económicos para la primera etapa de la obra fueron obtenidos por un adelanto de coparticipación provincial y luego se utilizaron fondos propios, parte lograda con la venta del predio de Belgrano y 9 de Julio.

La obra, la completó la actual intendencia de Leonel Chiarella y el próximo martes el CCM volverá a abrir sus puertas.

La actual secretaria de Territorialidad y Desarrollo Cultural, Miriam Carabajal, prometió que el público se sorprenderá cuando ingrese al lugar: “Es el mismo de siempre, pero que tendrá detalles diferentes”, aseguró. Para luego agregar: “Para nosotros el 26 de abril no es un punto de llegada sino de partida, dado que habrá que seguir con la renovación de equipamientos y sumar tecnología. Es un camino que debemos recorrer”.

Todo está listo para un nueva “resurrección” del CCM, esperemos que está sea la última.

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