Durante el fin de semana que pasó se desarrolló la tercera edición de la Feria del Libro de Venado Tuerto, evento que contó con una fuerte presencia de editoriales, una gran cantidad de charlas y presentaciones, y una importante afluencia de público. “Fue la consolidación de un entramado cultural que no para de crecer y tiene mucho para aportar a la ciudadanía venadense y de la región, tiene tanto para decir que a algunos inclusive los pone incómodos. Esa incomodidad en algunos sectores es la demostración de que la feria está diciendo muchísimas cosas”, analizó Rafael Sevilla, una de las caras visibles de la organización.
Esta feria “nos arroja la consolidación de un evento alrededor del libro, de la conversación y el pensamiento, fue positivo el cambio de lugar porque este espacio de Camioneros nos permitió una disposición que le queda cómoda a la feria, tanto para las editoriales y las conversaciones, y con el resto del predio que es mucho más amplio y permitió que la gente no sólo dé una vuelta por las editoriales y escuche una charla, sino que se quedaron tomando mates o comiendo algo, como un espacio que contuvo mucho mejor al visitante”, sostuvo Sevilla.
Miguel Wiñaski junto a Mateo Sevilla.
Como referente de la organización, puso de relieve que “hemos sostenido la tercera feria sin apoyo del Estado municipal, provincial ni mucho menos nacional, en una sintonía profunda de los tres estamentos de no apoyar a la Feria del Libro. La sostuvimos gracias al acompañamiento de sindicatos, comunas vecinas y empresas, manteniendo el nivel en infraestructura y mejoramos el espacio físico”.
Debates con altura
Uno de los punto altos de la Feria fue el nivel de las charlas y presentaciones: “Pasaron más de 100 disertantes, talleristas, artistas y autores, muchos de Venado y la región, pero muchísimos de Buenos Aires, Rosario o Córdoba, lo que implica una logística para que todas esas personas lleguen a horario, coman, duerman y disfruten de su participación en la feria”, expuso Sevilla.
Cierre con la murga Le Pegó como Venía.
En medio de ese despliegue de logística, “hubo gente reconocida a nivel nacional e internacional que se pone a conversar con algún referente local o regional, llegando al extremo de que un autor como Leo Oyola participe de un panel sobre literatura venadense, donde no vino a hablar de sus libros sino de autores de la ciudad”.
Sevilla resaltó que “detrás de esta feria hay un grupo de más de 30 personas que nos pusimos al hombro la organización durante un año, dándolo todo para que la feria salga bien, y se hace por amor al libro y al pensamiento, en nuestros tiempos libres”.
Apenas terminada esta experiencia, el grupo de trabajo ya está empezando a pensar en la próxima edición: “Tenemos barajado hacerla a comienzos de noviembre del año que viene para no quedar en medio de las elecciones que seguramente serán en octubre. Lo que está claro es que este entramado político, social, cultural y empresarial debe tener su continuidad. Hoy está en el centro de la propuesta cultural de la ciudad y la región”.