Con tan solo 22 años, el venadense Julián Santos sigue dando pasos trascendentes en su trayectoria deportiva: el fin de semana tuvo su debut en Los Gladiadores, la selección mayor de handball, y ya se ilusiona con un futuro cercano en Europa, donde la disciplina es profesional y le permitirá tener otro roce de competencia y seguir creciendo como jugador.
Para Julián esta primera convocatoria con Los Gladiadores sólo trajo cosas positivas: la selección se consagró campeona del torneo Tres Naciones disputado en Alta Gracia (era amplia favorita), tuvo minutos en cancha y anotó tres goles ante Paraguay, en la victoria por 52-12. En el otro encuentro Argentina venció a Uruguay por 37-19.
Julián ya venía con experiencia en selecciones juveniles (el año pasado compitió en Cali en la Sub 21) y si bien ya había entrenado con la mayor, nunca había sido convocado. “Este año no me lo esperaba”, admite el actual jugador de Ferro Carril Oeste quien horas después del debut “admite que todavía no logra caer: “Lo disfruté pero no dimensiono todo lo que pasó este fin de semana, creo que me va a llevar unos días, pero a seguir entrenando para poder seguir estando ahí, con la idea de ir a jugar afuera”.
Con el número 11, Julián es el tercero desde la izquierda.
Más allá de la emoción, Santos dice: “Estoy feliz porque pude jugar y convertir goles, el equipo es muy bueno, con los más grandes nunca había compartido y ellos buscan integrarte al grupo y eso hace todo más fácil”. Y la estadística marca que anotó sus primeros goles: “Los rivales no fueron los mejores pero el equipo nuestro mechó a los más experimentados con muchos jóvenes y eso estuvo bueno”.
Entre los pergaminos de Julián, que el lunes fue recibido por el intendente Leonel Chiarella, se encuentra la medalla de bronce que ganó en 2018 en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Beach Handball.
Cumpliendo sueños
Los Gladiadores tienen por delante los Juegos Odesur que se disputarán en Asunción del Paraguay, del 1 al 15 de octubre, clasificatorios para los Panamericanos de Santiago de Chile 2023, camino inexorable para conseguir la clasificación a los Juegos Olímpicos de Paris 2024. Un poco más adelante, Argentina tiene en vista el Mundial que se disputará en Polonia y Suecia del 12 al 29 de enero del año próximo.
Más allá de esta convocatoria, el pivote venadense no quiere ilusionarse más de la cuenta: “Hay que ser realistas porque el equipo tiene muchos jugadores de experiencia en Europa y al ser tan joven es un poco difícil estar en el próximo mundial, obviamente que me voy a esforzar para competir con los que juegan en mi posición, pero el equipo viene afianzado con jugadores de experiencia en Francia, España y Rusia”.
Julián Santos defendiendo los colores de Ferro.
Mesurado, Julián prefiere poner de relieve el logro que acaba de alcanzar: “La expectativa siempre fue debutar en la selección mayor e irme a jugar a Europa y el primero ya está cumplido, ahora voy a ver si puede completar el otro. Para los argentinos, por el juego táctico que tenemos, el mejor lugar es la liga española porque es lo más parecido, otras ligas como Hungría, Alemania o Polonia son enormes los jugadores y es más difícil. En España además hay muchos jugadores argentinos y todo se hace más fácil”, analiza.
Las diferencias son notorias: “Jugar en Europa te acerca a la selección y te da otro roce, allá es un deporte profesional, vivís de eso y estás 24/7 pensando en el handball. Eso te potencia como jugador”.
La revancha
Julián Santos cerró el fin de semana largo en Venado Tuerto y en familia antes de emprender el regreso a Buenos Aires para reincorporarse a Ferro, club en el que se encuentra desde 2019, con el que tiene que cerrar la temporada. En agosto comienza un nuevo certamen, pero el joven venadense no descarta dar el salto a Europa en estos meses: “Me hablaron para ver si quería irme ahora para Europa, pero todo me vino muy de golpe, esta semana lo voy a pensar y veremos qué sale. Si no es ahora será a fin de año, porque tengo varios torneos con Ferro y no quiero dejarlos en banda, lo voy a meditar con compañeros, amigos y familia para ver qué sale. Es un cambio muy grande y hay que meditarlo bien”, aclara.
El estadio de Alta Gracia tiene una historia particular para Julián, dado que ya la conocía porque jugó tres años en Villa María, pero no guardaba el mejor recuerdo del lugar: A finales de 2015 fue a jugar un partido en la misma cancha donde se disputó el Tres Naciones, que no lucía en las mismas condiciones que tiene hoy, todavía no tenía el piso con parquet y presentaba algunas goteras. “Faltando cinco segundos para que termine el primer tiempo me tiran una pelota bombeada, salto a buscarla y caigo arriba de una gotera, me patiné como si fuera jabón y me rompí dos dientes contra el piso. Me acuerdo del dolor que tuve, que fue tremendo”, relata.
Las vueltas de la vida, el estreno en Los Gladiadores fue en ese mismo escenario: “La última vez que había ido a Alta Gracia fue cuando me rompí los dientes y volví con la selección mayor, el tiempo me dio revancha”, concluye Julián, que sigue dando pasos firmes en el handball.