Este lunes entró en vigencia el sistema de fotomultas y control de velocidad por radares, y también se difundieron los montos de las sanciones que se aplican por pasar un semáforo en rojo: un mínimo de 180 mil pesos.
El juez de Faltas, Stéfano Quaglia, explicó que la normativa local establece 300 unidades fijas como valor mínimo de multa. Dicho parámetro actualmente está fijado por la Provincia en 602 pesos, porque si bien se toma el precio de un litro de nafta súper, por ley se lo redujo al 50 por ciento porque los valores habían quedado desfasados.
“Eso se multiplica por 300, lo que oscilaría los 180 mil pesos por un cruce de semáforo en rojo para una persona que no tiene antecedentes de infracciones, pero dependiendo el caso puede elevarse hasta 1.000 unidades fijas, lo que llegaría a 600 mil pesos”, expuso Quaglia.
Sucede que para la ley “no es lo mismo alguien que reiteradamente tiene la conducta infractora de pasar el semáforo en rojo, que otorga un margen de discrecionalidad para subir el monto de la infracción dentro de lo establecido por la ley. El objetivo es revertir las conductas”.
El juez de Faltas contó que el sistema capta una secuencia de tres imágenes, donde empieza a cruzar el vehículo, en el momento en que lo está haciendo y cuando termina de pasar, “para que no se genere ninguna duda y se accede a esas fotografías a color en alta definición a través de un QR cuando llega la multa, como material probatorio”.
Primeros datos
Durante el lunes, primer día en que se implementó el sistema de fotomultas, en las primeras 12 horas se detectaron 50 infracciones por pasar en rojo, en las esquinas de Santa Fe y Brown, y Santa Fe y Marconi, que son las dos que se controlan.
“Esto nos permitirá tener una estadística precisa sobre las infracciones, y el gran desafío que tiene por delante el gobierno municipal es la colocación del dominio, porque hay muchas patentes mal colocadas o que directamente no están, especialmente en motos, y eso es motivo de secuestro del vehículo”, indicó Quglia.
También indicó que “uno de los grandes desafíos es que las motos estén debidamente identificadas para que puedan ser captadas en estos sistema de control, porque ponen en riesgo la seguridad propia y de los terceros”.