Con una extensa audiencia que comenzó pasadas las 11 y se extendió hasta las 19.30, finalizó el juicio contra el Hermano Pedro Ortiz, acusado de abuso sexual sobre cuatro niñas menores de edad mientras se desempeñaba como director de la primaria del Colegio Sagrado Corazón. El viernes se desplegaron los alegatos de la fiscalía a cargo de Florencia Schiappa Pietra, la querella representada por Ana Regidor y el defensor Arsenio Domínguez. Cada uno de ellos se tomó dos horas para exponer sus argumentos a partir de los testimonios y las pruebas presentadas durante las tres semanas en que se desarrolló el juicio. El próximo 30 de julio, una vez superada la feria judicial, el tribunal integrado por Aldo Baravalle, Mariana Vidal y Mauricio Clavero dará a conocer el fallo.
Tanto la fiscal como la querellante solicitan una condena de 16 años de prisión para Ortiz, quien el viernes volvió a tomar la palabra vía remota una vez finalizados los alegatos para sostener su inocencia. En tanto, la defensa pide la absolución del acusado o en su defecto, en caso de ser encontrado culpable por el tribunal, una condena de 2 años y seis meses de ejecución condicional.
Tanto la fiscal como la querellante sostienen el cargo de abuso sexual gravemente ultrajante, doblemente agravado por la provocación de un grave daño en la salud mental de la víctima y por ser el encargado de la educación, en el caso de una de las víctimas. Para las tres restantes se acusa al religioso de abuso sexual simple agravado por ser encargado de la educación.
En sus alegatos, Schiappa Pietra y Regidor sostuvieron que “todos los hechos estaban probados”, tomando como prueba principal la cámara Gesell de cada una de las niñas al momento de presentar las denuncias sobre los hechos ocurridos entre 2018 y 2019. A esto se sumaron los testimonios de testigos a los que las víctimas fueron relatándole lo sucedido, como así también las pericias y testimonios de profesionales psicólogos.
La defensa
Desde la defensa, se argumentó que “la prueba no resulta suficiente”, sosteniendo que los testimonios de las niñas eran en ciertas partes confusos porque no podían precisar exactamente las fechas de los abusos. Además se hizo especial hincapié en una supuesta interna dentro de la jerarquía eclesiástica, apuntando particularmente sobre la figura del sacerdote Martín Cabrera, quien en su momento acompañó a las denunciantes.
“En caso que existiese una interna en la iglesia, ¿qué llevaría a cuatro niñas a denunciar que las abusaron y tener psicólogos y testigos acreditando la situación sólo para saldar una interna? Para nosotros es un disparate”, argumentó la abogada querellante.
Pedro Ortiz niega los hechos, aseguró que durante los años en que se denuncian los hechos él no corregía cuadernillos en la dirección, tal como relatan las víctimas. Sin embargo, varios testigos que en su momento eran compañeros de las niñas desmintieron al religioso.
Como defensa subsidiaria, Domínguez planteó que en caso de ser considerado culpable de abuso, no corresponden las calificaciones porque en su condición de director “no era encargado de la educación de acuerdo a lo que establece el Código Penal”. También puso en duda la posibilidad de acreditar que en una de las víctimas haya generado un grave daño a la salud como sostienen la fiscalía y la querella, dado que “no se puede dar por probado el nexo de causalidades” ni conocer cuál será la evolución de la niña para medir el daño. Así, en caso que el jurado acredite la existencia de los hechos, plantearon una pena de 2 años y seis meses, de ejecución condicional.
El próximo miércoles 30 de julio, en horario a definir, el tribunal dará a conocer su veredicto, quedando por delante, más allá de cuál sea la decisión, varias instancias de apelación para las partes.