CiudadSocialesAnfitrión: el gin venadense que gestaron tres amigos en plena pandemia y no para de crecer

Juan Miserere06/04/2021
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Lo que empezó como una curiosidad pasó a ser un desafío, y rápidamente se transformó en un emprendimiento forjado por tres amigos que en plena pandemia decidieron producir su propia marca de gin, bebida que en estos tiempos vive un boom de consumo combinada con agua tónica.

Después de varios meses de aprendizaje y la inversión necesaria para empezar a destilar, pasaron por un período de pruebas hasta encontrar el sabor buscado. Y así nació Anfitrión, un gin que se fabrica en Venado Tuerto con proceso artesanal y ya empezó a ganar terreno entre los adeptos al gin tonic, el trago de moda.

Agustín Ferrer, Gerardo Felchen y Santiago Aquino, los socios en cuestión, tienen diversas ocupaciones y profesiones, pero lejos de tomarse a Anfitrión como un simple hobby, apuntan a instalar una marca que vaya ganando terreno en el mercado. Y avanzan a paso firme.

Santiago fue el pionero. Empezó a indagar en los procesos de destilación y fue haciendo esencias, pero en paralelo investigó sobre bebidas, encontrando cierta complejidad que requería estudio y conocimientos. Entonces se sumó Ferrer y empezaron a realizar cursos y talleres, aprovechando que en tiempos de pandemia la oferta de Zoom y demás plataformas estaba a la orden del día.

La cosa iba en serio y se incorporó Felchen cuando compraron un pequeño alambique, que permite la destilación de líquidos mediante la evaporación (por calentamiento) y posterior condensación (por enfriamiento).

Entonces empezaron a trabajar sobre su propia bebida: “Elegimos los botánicos, que son las hierbas, cítricos y flores que se utilizan para darle el sabor al gin. Estuvimos cerca de seis meses elaborando la receta a partir de las pruebas de los botánicos por separado que luego fuimos mezclando, cuenta Agustín.

Cuando definieron los botánicos a utilizar (son 12), “empezamos a definir las proporciones, los tiempos de maceración y demás procesos hasta lograr la receta buscada”, agrega Aquino.

Cuando los tres llegaron a un acuerdo en que habían encontrado el gin que querían hacer, avanzaron un casillero importante: “Queríamos hacer un gin con su propia personalidad, no hacer una copia de las marcas más conocidas”, remarca Felchen, mientras que en la misma línea Santiago reafirma: “Buscamos hacer un producto con carácter, entonces puede que a algunos no les guste porque buscan un producto más clásico, pero al que le gusta se casa con Anfitrión. Es lo que estamos viendo”.

La producción

El paso siguiente fue importar un alambique más grande para poder incrementar la producción, y además se encontraron con que no había botellas en el país y también tuvieron que traer del extranjero. Eso demoró un tiempo el lanzamiento de la marca, que rápidamente encontró nombre: “Hicimos un brainstorming que duró 15 minutos porque enseguida apareció Anfitrión y nos gustó a los tres”, relata Felchen.

La elaboración es artesanal: “Hacemos una maceración grande que destilamos en el alambique, que es un proceso que lleva unas cuantas horas, eso sale con una determinada graduación alcohólica que luego pasa por otro proceso para llevarlo al 42 por ciento que queremos darle nosotros. Eso se deja una determinada cantidad de horas y ya está listo para embotellar. Todos esos procesos son manuales”, repasa Ferrer.

En la etiqueta se aclara que es un producto “small batch”, es decir que “cada lote es pequeño y puede tener imperceptibles diferencias porque no podés manejar algunos factores como la cantidad de aceite esencial que tiene el botánico, que puede ir variando. Por supuesto que la receta es siempre la misma y se garantiza que el producto tiene la calidad que persigue Anfitrión”, aclara Aquino.

Los botánicos que le dan el sabor al gin producido en la ciudad.

Amistad y negocios

Agustín y Santiago son amigos desde niños por ser del mismo barrio y hace unos cuantos años que Gerardo se les sumó. Hacía mucho que los tres venían planeando hacer algo juntos y los terminó uniendo el gin tonic, una bebida que siempre les gustó. Hoy combinan amistad y negocios, porque apuntan a instalar a Anfitrión en la mayor cantidad de lugares posibles.

Buscamos asesoría profesional en el proceso de producción, a la hora de armar un diseño de marca y tenemos definida la división de las tareas entre los tres: con Santi nos encargamos más del proceso de producción y Gerardo de diseño y ventas”, explica Ferrer.

Después de algunas demoras por insumos que costaba conseguir por la pandemia, la presentación oficial fue en enero, y ya estuvieron presentes en tres eventos importantes de la ciudad, organizados por bares que cortaron la calle y les permitieron instalar un carro para mostrar y vender los tragos.

Uno de los tantos procesos de la producción.

Hoy existe un mayor consumo de gin, la muestra es que Argentina ya tiene más de 150 marcas de productos artesanales, lo que demuestra que se está generando un mercado. Estamos en un momento donde la gente empieza a probar porque se revirtió el concepto de que el gin nacional era malo, descubriendo que hay muchos de muy buena calidad y tienen mejor precio en relación a los de gama media. Nosotros buscamos competir ahí”, argumentan.

En la actualidad, Anfitrión se puede tomar en casi todos los bares de Venado Tuerto y las botellas se pueden comprar desde el perfil de Instagram, agradecidos porque “notamos que en la ciudad hay una comunidad que abre sus puertas a los productores locales”.

Mirando hacia adelante, los tres amigos no dudan: “El objetivo es crecer manteniendo la calidad y el concepto de un producto artesanal”. El resultado logrado en tan pocos meses demuestra que van por la buena senda.

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