Desde hace unos días, la empresa a cargo del mantenimiento de la ruta nacional 33 tomó la determinación de quitar la estructura que pertenecía a la estación de peaje en nuestra ciudad, que se encontraba en desuso desde hace varios meses, generando dificultades en la circulación vehicular.
El cobro del peaje quedó interrumpido en agosto del año pasado, de acuerdo a lo establecido en el contrato para la construcción de la autopista Rosario-Rufino. El mantenimiento de la traza recayó sobre el consorcio encabezado por la constructora Helport, responsable de la obra en el tramo entre el acceso a San Eduardo y la ruta A012.
Desde entonces las cabinas permanecieron cerradas, generando dificultades en el tránsito: quienes conocían la situación pasaban a alta velocidad, mientras que los conductores que no son frecuentes en la zona frenaban y quedaban esperando para pagar.
La respuesta a esta situación fue colocar unos reductores de velocidad, sumando además de manera frecuente la presencia de fuerzas de seguridad para controlar y ordenar el flujo vehicular. Entonces resulta habitual ver en el lugar a la Policía de Seguridad Vial, Gendarmería e incluso Policía Federal, muchas veces superpuestos en pocos metros. De todos modos, no se subsanaron las dificultades.
Por eso, en los últimos días comenzaron las tareas para desmantelar toda la estructura: primero se retiraron las cabinas y esta semana se comenzó a demoler la estructura de los divisores de carriles y el techo, quedando por delante la repavimentación de algunos sectores para normalizar la circulación.
Después de haber funcionado durante 27 años y a cinco meses de su cierre, el peaje de la ruta 33 empezó a quedar en la historia en Venado Tuerto.