El último jueves, el intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, inauguró las sesiones ordinarias del Concejo Municipal con un discurso en el que presentó “una avalancha de anuncios” de obras públicas para la ciudad. Muchas de ellas eran largamente esperadas (como el comienzo de las obras en el Área Recreativa Norte o el primer paso para proyectar el viaducto que atraviese las vías) empiezan a concretarse gracias al empuje y la “sintonía con el gobierno provincial”.
Envalentonado por semejante cantidad de anuncios, Chiarella aseguró que 2024 “fue un año de hechos, lo que prometimos lo cumplimos”, destacando que la base de ese logro fue tener “un Estado eficiente con cinco años de superávit, llevando adelante el plan de obra pública más importante de los últimos 30 años. La plata alcanza cuando no hay corrupción en el Estado”, enfatizó.
Sea como sea. hasta los opositores admiten que nunca antes, en la historia reciente de la ciudad, se habían anunciado e iniciado tantas obras públicas. De hecho, en los últimos días, comenzaron la construcción de la esperada avenida Circunvalación y las reformas pendientes en el Parque General Belgrano.
Lo cierto es que Chiarella coincide con el gobernador Maximiliano Pullaro en priorizar la obra pública. Tanto es así que el mandatario, oriundo de Hughes, anunció una inversión de 1.500 millones de dólares para obras en Santa Fe en 2025, financiada con “ahorros y recursos propios”.

“En 2024 fuimos la única provincia que tuvo ejecución de obra pública a gran escala, 500 millones de dólares ejecutados. Fue mucho más de lo que hizo el gobierno nacional en todo el país y de lo que hicieron el resto de las provincias”, afirmó Pullaro. Y añadió: “Administrar correctamente significó bajar los gastos de la política, bajar los gastos del Gobierno para dar debates importantes y decirle a cada vecino de la provincia que los impuestos iban a volver en obras, y que esas obras, para nosotros, son importantes porque generan trabajo y generan desarrollo“.
Con todo esto, no hay dudas de que para Pullaro y Chiarella la obra pública es una prioridad, una política que los separa claramente de la del gobierno nacional de Javier Milei. Para este último, la obra pública es un gasto y, en todo caso, un factor de corrupción.
“La obra pública se financia con los impuestos (presentes = explícitos; emisión de dinero = inflación; futuros = deuda ). Por fin, así como crea una obra, destruye producción y trabajo en otra parte de la economía por los impuestos. Al mismo tiempo, aun sin corrupción, la asignación es mala porque no es lo que prefiere la población (de hecho, elegiría y elige otra cosa). Si, además, hay robo, el resultado es aún mucho peor”, espetó el presidente días atrás en las redes sociales (su espacio predilecto de debate), dejando en claro sus ideas al respecto.
Detrás de estos posicionamientos hay claras especulaciones políticas. Desde Nación creen que, al fin y al cabo, a quienes la población les reclama obras es a los gobiernos cercanos, es decir, a los locales y provinciales (en ese orden). Por lo tanto, están persuadidos de que no les suma ni les quita apoyo la no realización de las mismas. A la luz de los acontecimientos, el diagnóstico/especulación no parece errado: Milei lleva más de un año con escasa o casi nula obra pública y, por ahora, no parece que dicha decisión impacte en el apoyo popular. A pesar de que, por ejemplo, el grave deterioro de las rutas nacionales pueda terminar siendo uno de los factores principales de accidentes viales.
En este contexto, el cronómetro electoral ya corre para Santa Fe. El viernes comienza formalmente la campaña y, un mes después (el 13 de abril), serán las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de autoridades municipales y comunales y, a la par, las elecciones generales de convencionales constituyentes de la Constitución Provincial.
Y la novedad en estas elecciones provinciales es la irrupción de un nuevo actor en el tablero político santafesino: La Libertad Avanza (LLA). El partido del presidente se prepara para hacer pie en el territorio y, para eso, armó listas para convencionales constituyentes ypara las legislativas en la mayoría de las localidades, entre ellas, Venado Tuerto.
Para Pullaro, el desafío es enorme: decidió poner en juego su capital político encabezando la lista de constituyentes de Unidos y necesita arrojarse en la elección para fortalecer su figura y, en todo caso, lograr que los convencionales voten la posibilidad de la reelección (principal objetivo de la Reforma para el oficialismo). Además, precisa neutralizar el avance de LLA en Santa Fe.
De la misma manera, Chiarella busca refrendar sus pergaminos intentando repetir sus últimas actuaciones electorales. No será fácil igualar la cosecha del 65% de los votos logrados en la categoría de concejales en la última elección de 2023, que le permitió quedarse con cuatro de las cinco bancas. Claro que en esos números influyó mucho el 83% logrado por el propio Chiarella como intendente (aunque ahora no hay elección a intendente). Ahora, no solo Ciudad Futura, con su fuerte crecimiento, o el PJ son los rivales a vencer de manera categórica, sino que también aparecen los representantes de ‘las fuerzas del cielo’, quienes, respaldados por el apoyo del votante venadense al gobierno nacional, aspiran a quedarse con algunas de los cinco escaños del Concejo en disputa.
De cara a una campaña que asoma como bastante complicada, Pullaro y Chiarella eligen estratégicamente hacer eje en la obra pública como uno de los grandes méritos de sus gestiones. Con esta decisión, no solo logran adjudicarse galardones, sino también diferenciarse de LLA, espacio con el que comparten gran parte de su electorado.
Mientras tanto, en otra provincia pero con desafíos más complicados aún, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, advirtió lo que se viene en su discurso de apertura de sesiones ordinarias de la legislatura, destacando que la campaña “no va a ser sucia, va a ser una cloaca”.