Dos hinchas de Central que se encontraban festejando el triunfo de su equipo frente a Newell’s fueron asesinados ayer por la tarde en la ciudad de Rosario. Los hechos ocurrieron en distintos episodios aislados.
Al menos en el primero de los caso, se trató de represalias tomadas por un vecino hincha del signo futbolístico contrario, y no, como se supuso en un primer momento, del resultado de batallas entre barras o grupos de hinchas exaltados.
Según las autoridades médicas de la ciudad, otras 6 personas fueron internadas con heridas de diversa consideración producidas tras “los festejos”.
La primera víctima se llamaba Martín Acosta y tenía 39 años. Pasadas las 18.30 se encontraba Brasil al 1300, en Barrio Belgrano (zona noroeste de la ciudad), festejando la victoria de equipo “canalla” tras el clásico, cuando un vecino salió a enfrentarlo ofuscado por los festejos. Efectuó varios disparos y uno de los tiros lo hirió en la región dorsal.
Una ambulacia del Sies trasladó de inmediato a la víctima al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), donde cerca de las 21 falleció. Trascendió que a su lado se encontraba su pequeño hijo, quien presenció la muerte de su padre. El agresor fue identificado pero se encuentra prófugo.
El segundo caso involucra a Lautaro Bova de 22 años, quien cerca de las 19 de ayer fue apuñalado a la altura del esternón cuando caminaba por Castellanos y Centeno. Fue ingresado a la guardia del Heca, pero falleció dos horas después.
Agentes de la seccional 18ª y de Gendarmería arrestaron al agresor —José Luis C., de 35 años— y le secuestraron el arma utilizada en el crimen.
Néstor Marchetti, director del Clemente Alvarez confirmó a los medios rosarinos que además de las víctimas fatales, otras seis personas fueron atendidas “por festejos en distintas partes de la ciudad”. Presentaban contusiones, heridas cortantes y traumatismo de craneo. Algunos de ellos ya fueron dados de alta y otros aún están internados en observación.
“Fue un festejo desmedido. No se puede justificar que en un festejo la gente se mate. Sea uno o dos está fuera de lugar“, reflexionó Marchetti.
Cultura de la violencia
Según los especialistas en la materia, como el sociólogo Pablo Alabarces (UBA-Conicet), en torno al fútbol argentino se está produciendo una suerte de “cultura del aguante” que excede a la violencia de las barra-bravas.
En todo caso, estas organizaciones de auténticos mercenarios actúan violentamente, pero legitimados por una celebración del “aguante-violento” que atraviesa a toda la hinchada de un club, y que desde hace algunos años hasta es estimulada por las propias dirigencias y medios de comunicación.
“Los cantos violentos son hechos por todos los hinchas, incluso por los padres que van a la cancha con sus hijos”, expresa Alabarces en Hinchadas, uno de los textos en los que trata la cuestión. “No existe una separación tajante entre ‘la gente’ y ‘los violentos’”, expresó el especialista.
En este marco, las “cargadas” impulsadas por los propios clubes reproducen y estimulan este tipo de cultura, en los que la identidad de una hinchada se define antagónicamente con la otra.
