PoliticaRegiónCiancio expuso sobre los impactos de la pandemia en el sistema de salud

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En el marco de una actividad en el Hospital Italiano de Rosario, junto al diputado Maximiliano Pullaro, la doctora Silvia Ciancio expuso ante profesionales acerca del impacto de la pandemia en el sistema de salud, para repensar los desafíos que afrontan tras el Covid-19. Además, ambos legisladores recorrieron las obras de ampliación de la guardia del nosocomio, con la que tienen previsto reforzar la capacidad y horarios de atención para la ciudad de Rosario y la región.

Durante su exposición, Ciancio dijo que la pandemia vino a impactar casi “como un choque” no solo sobre el sistema de salud, sino también sobre la vida de los hombres y mujeres que habitamos este suelo. “El impacto dejó una huella. Marcó un antes y un después en la memoria colectiva de los pueblos. Tuvo el efecto de lo traumático en términos psíquicos. Se presentó casi como una fuerza repentina y de aparición brusca, transformando nuestras vidas para siempre en cuestión de minutos”, sostuvo.

Para la legisladora, la pandemia generó un “golpe emocional a consecuencia de una noticia desconcertante”, poniendo el énfasis en que no “sabíamos de qué se trataba”. “Las estrategias utilizadas en las políticas de cuidados fueron artesanales y ensayísticas. Verdadera paradoja la de ‘no saber’ en estos tiempos donde la información y la comunicación se encuentran a un ‘click’ de distancia”, amplió.

En otro orden de su alocución, Silvia Ciancio aseveró que en los tiempos iniciales se acuñaba en los medios masivos de comunicación, la metáfora bélica para referirse al Covid-19 y que se hablaba de la “pelea” que debían enfrentar los de la “primera línea” contra un “enemigo invisible”, indicando que “esta referencia y otras, muestran a las claras lo que implicó el desconcierto inicial sobre una enfermedad poco conocida”.

“El impacto dejó una huella. Marcó un antes y un después en la memoria colectiva de los pueblos. Tuvo el efecto de lo traumático en términos psíquicos y generó cierta desestabilización en la salud mental de las poblaciones, en la salud orgánica o física y eso redundó en un impacto sobre el sistema”, aseveró.

Desafío sanitario y epidemiológico

Ciancio, quien desde hace tiempo viene insistiendo en no dividir la salud de la salud mental, contó que nuestra sociedad occidental estableció una posición dicotómica frente a lo “sanitario”, ubicando a la salud orgánica, física, corporal y biológica, por un lado, y la salud psíquica o mental por otro.

“Lo traumático requiere de tiempo de abordaje y de elaboración singular y colectiva. Por eso es importante que las instituciones sanitarias y otros actores sociales podamos aunar esfuerzos para ayudar en esa elaboración tan necesaria. Si no abordamos nuestros problemas a partir de una agenda colectiva y consensuada, probablemente fallemos en las soluciones que se intenten llevar adelante”, se explayó.

Luego, enfatizó: “El impacto de la pandemia generó cierta desestabilización en la salud mental de las poblaciones, en la salud orgánica o física y eso redundó en un impacto sobre el sistema, que venía de algún modo con falencias, dificultades e impactos previos. La desarticulación y la falta de integralidad e integración debieron sortearse en medio de un desafío sanitario y epidemiológico sin igual”.

Y continuó: “Aún con estas dificultades de fondo, hay actores sociales de gran relevancia que mediante su enorme potencia sostuvieron y gestionaron la pandemia con una calidad brillante y que, si bien fueron aplaudidos en un primer momento, no se los reconoció como se merecen. Me refiero a los trabajadores de nuestro sistema de salud, quienes con profesionalismo y ética contuvieron la pandemia con enormes esfuerzos. Esto también debería ser resaltado colectivamente”.

Ciancio destacó que hubo grandes impactos sobre estos trabajadores y que no se les prestó demasiada atención. “Creo firmemente que no se los acompañó como realmente se lo merecían. Además de profesionales de la salud, son ‘sujetos’. En esa identidad perdieron familiares, pacientes y compañeros de trabajo. Algunos sostuvieron desde la adrenalina que se impone en una situación caótica cada día de trabajo; otros, simplemente, no pudieron. Me pregunto: ¿qué les ofrecimos tanto a unos como a otros?”, reflexionó.

Asimismo, pidió que se elabore colectivamente los efectos negativos de los impactos iniciales y sostenidos que dejó la pandemia, tanto a niveles singulares como colectivos, “sobre nuestras comunidades adscriptas y sobre los trabajadores”. “Debemos recuperar la ‘épica’ y la identidad colectiva. Rearmarnos y repensarnos luego de la eclosión. Generar espacios de encuentro donde elaboremos el malestar que nos aqueja. Retomar caminos allanados artesanalmente por trabajadores e instituciones que permitan que la comunicación para el adentro y el afuera sea dinámica, flexible y compartida”, amplió.

Finalmente, apuntó: “Visualicemos el trabajo con otros, sean éstos de la misma disciplina o de otras, como posibilidad y no como un proceso de descomprometerse sobre la ‘parte que me toca’, el trabajo colectivo y colaborativo como sostén de mis prácticas. La interdisciplina y la intersectorialidad deberán formar parte del ‘ABC’ del profesional de la salud. Y el desafío más importante, creo, será pensar un sistema de salud con justicia social, equitativo y que permita mejorar la accesibilidad en términos de derechos para los usuarios, que son quienes requieren de nuestro trabajo cotidiano. Es vital que los subsectores podamos comprender que la salud es un derecho humano inalienable y que es función del Estado garantizar este derecho y otros”.

Fuente; Prensa Ciancio

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