El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da SIlva recuperó pasadas las 16.15 la libertad, después de 580 días preso, luego de haber sido detenido el 7 de abril de 2018 para cumplir una condena de 8 años y 10 meses por corrupción, según determinó la justicia de ejecución penal de la ciudad de Curitiba, estado sureño de Paraná.
La decisión de Pereira Júnior llega después de que la Corte Suprema de Brasil fallara contra las prisiones sin condena firme, excepto en los casos de delitos violentos. Lula fue declarado culpable en primera instancia por el hoy ministro de justicia Sergio Moro, quien lo encontró culpable de lavado de dinero por, supuestamente, haber recibido un triplex en Guarujá de parte de unos contratistas del Estado.
La Corte había resuelto el jueves, por seis votos contra cinco, que la prisión de un condenado en segunda instancia es inconstitucional, fallando en contrario de una jurisprudencia del 2016 y dejando la puerta abierta para la liberación del ex presidente Lula Da Silva. Con esa decisión los abogados de Lula presentaron un recurso para que el ex mandatario fuera liberado.
“No existen fundamentos para la ejecución de la sentencia”, determinó Pereira antes de autorizar la libertad del ex mandatario que tiene una condena a ocho años de prisión .
La decisión de la Corte Suprema puede permitir que miles de presos, entre ellos muchos vinculados la Lava Jato, puedan recuperar su libertad, al menos hasta que no haya una sentencia definitiva.
La decisión, que llegó tras un complejo juicio, se contrapone con lo establecido en 2016, que determinaba que un condenado en segunda instancia ya podía ser encarcelado, aún cuando estuvieran en curso las apelaciones a tribunales superiores.
Ahora la Corte resolvió que una pena de prisión sólo podrá ejecutarse cuando acabe todo el proceso de apelaciones y en el caso de Lula, que está condenado a ocho años, tiene pendiente la apelación presentada ante la misma Corte Suprema.
En pocos minutos, Lula saldrá a reunirse con sus seguidores.