Sobre Venado Tuerto caía la tarde, y Luis, con sus 81 años a cuestas, recordó de repente que ya no le quedaban pastillas de un medicamento indispensable. No lo dudó y, aprovechando el clima primaveral, decidió dirigirse lo más rápido posible a la farmacia más cercana, antes de que cerrara. Para llegar, debía cruzar el paso a nivel de la calle 3 de Febrero, ese que había atravesado tantas veces en su vida. Vivía “detrás de la vía”, no tenía otra opción.
Llegó al paso nivel se encontró con un conocido en el borde la de vía, ambos vieron que el tren se acercaba, calcularon la distancia y creyeron que podían cruzar. La otra opción era la de esperar (los que viven detrás de la vía están hartos de esperar que pasé el tren). Su compañero, algo más joven, pudo pasar tranquilo, Luis con sus 81 años a cuesta no lo logró. Las consecuencias ya las conocemos, el golpe del tren le provocó múltiples lesiones, y a pesar de que fue rescatado con vida por los bomberos, en la madrugada del día posterior falleció.
Este trágico hecho reactualiza una problemática histórica de Venado Tuerto: una vía que parte la ciudad en dos y que, además del peligro que representa, es un obstáculo urbanístico y arquitectónico que sigue tiñendo las relaciones entre los vecinos de ambos lados.
Si bien en las últimas décadas la ciudad ha avanzado con mejoras urbanísticas sustentable para los barrios de atrás de la vía, que durante años sufrieron el olvido del estado, sigue faltando la obra fundamental: aquella que termine definitivamente con esta barrera y permita el desarrollo armonioso del entramado urbano.
En los últimos días, gracias a la “sintonía” entre Provincia y Municipio, proliferaron los anuncios y las licitaciones de obras largamente esperadas para la ciudad. El último viernes se abrieron los sobres de la licitación para la finalización de las reformas en el Parque Municipal General Belgrano. El 20 de septiembre, se realizó el acto correspondiente a la licitación de la “megaobra” de ampliación de cloacas, que permitirá que el 90 % de la ciudad cuente con este vital servicio sanitario. El 18 de octubre será el turno de la apertura de sobres para la obra de construcción de la avenida Circunvalación. Y el 8 de noviembre está pautada la licitación para la rehabilitación integral y puesta en valor de la Plaza San Martín. A estas, se suman otras en proceso de evaluación para futuras concreciones.
Sin embargo, en el horizonte no aparece aún la posibilidad de una obra que elimine la mencionada barrera. Más allá de lo complejo del proyecto, existen también impedimentos legales que deberán ser sorteados.
Por eso, vale la pena desempolvar “viejos proyectos” al respecto que alguna vez ocuparon la agenda local. El más recordado, fue el impulsado en la campaña político de 1995 por el sublema radical, Convergencia, que tenía como candidato a intendente a Roque Boyle y como aspirante al primer escaño del concejo al Ing. Alberto Armas. Este último, fue el primer secretario de Infraestructura y Medio Ambiente de la actual gestión, hasta que se retiró a principios del 2021 por acogerse a su jubilación.
Según detallaba en una nota publicada en el desaparecido semanario La Ciudad, los entonces candidatos presentaron el proyecto “Venado Tuerto Uno”. “El objetivo es cambiar el eje de la ciudad. Vamos a hacer que esta ciudad crezca hacia el sur, ya que hasta hoy crecía hacia el norte debido a la existencia de la barrera del ferrocarril“, resaltaba Armas
Explicó que la obra consistía en “mandar a un bajo nivel la única vía que funciona en el complejo ferroviario venadense, de manera que se convierta en un ferroducto con características de un canal con paredes de hormigón”. Y añadió: “El hecho de sacar el tren de la geografía nos permitirá que los vecinos de la calle 2 de Abril se saluden con los de Sarmiento”.
Y cerró diciendo: “Es un proyecto que le va a cambiar la cara a Venado Tuerto. La vía es un verdadero Muro de Berlín, es anacrónico para nuestra ciudad”.
Armas también nombró en aquella conferencia como coautores del proyecto a Oscar Regis y Pablo Nirich. Este último, fue quién continuó impulsando el proyecto hasta al final de sus días. Falleció víctima del covid el 15 de septiembre del 2020, y la comunidad venadense aún le adeuda un verdadero homenaje. Pablo, fue abogado, escritor, exconcejal de Venado Tuerto, exdocente, exdirigente de diversas instituciones, pero sobre todas las cosas un empecinado luchador por el bien común. Fue una de las figuras políticas fundamentales en el proceso de recuperación democrática.
Quizás el mejor homenaje que se le pueda hacer sea llevar a cabo la obra que ponga fin a la histórica división de la ciudad.