El 2025 será un año de elecciones y, como tal, genera la exacerbación de los ánimos de la opinión pública. Cualquier mínima aseveración puede ser contraatacada de la manera más virulenta, sobre todo en la época de las redes sociales, esas plataformas que llegaron para polarizar todos los discursos.
Claro que, hasta hace poco, este clima de pasiones recargadas estaba circunscrito a los actores de la política, que necesitan diferenciarse de sus pares para intentar captar los votos de los ciudadanos. Y, en todo caso, al mundo de los medios de comunicación, espacio donde transcurría la mayoría de los debates. Pero, en épocas de infocracia o régimen de la información, tal como la denomina el filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han, todos los ciudadanos son productores de información. Aunque poco importan las argumentaciones, y menos aún la verdad. Por eso, las fake news concitan tanta atención, más incluso que los propios hechos. Un solo tuit de noticia falsa o un fragmento descontextualizado es más efectivo que un buen argumento.
A diferencia de la información fehaciente, las noticias falsas y las teorías conspirativas son un factor formidable de cohesión, nos dice el autor italiano Giuliano da Empoli en su excelente libro Los ingenieros del caos. Y, para ser más preciso, cita a Mencius Moldbug, bloguero de la derecha alternativa estadounidense: “En muchos sentidos, los exabruptos son un instrumento organizativo más eficaz que la verdad. Cualquiera puede creer la verdad, mientras que creer en lo absurdo es una auténtica muestra de lealtad. Y quien tiene un uniforme tiene un ejército”.
Siguiendo la línea argumentativa, Giuliano da Empoli subraya: “Los troles son los nuevos polichinelas que vierten gasolina sobre el nuevo carnaval populista”.
El también italiano y uno de los escritores más reconocidos de los últimos tiempos, Umberto Eco, poco antes de morir —a los 84 años, en 2016—, fue más directo: “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente, y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.
Pero, volviendo a lo sostenido por da Empoli, detrás de todo este desconcierto que impera en las redes sociales se oculta el trabajo de propagandistas, ideólogos, expertos en big dat, a los que denomina “Ingenieros del caos”, que tratan de reinventar las reglas políticas.
Este espíritu de época es interpretado con precisión por un gobierno como el de Javier Milei, que logró dominar la agenda comunicacional del país. Por supuesto, detrás de dicho éxito se encuentran unos cuantos ingenieros del caos, encabezados por “El mago de Kremlin” (Carlos Pagni, dixit)*, Santiago Caputo. A estos los acompañan milicias digitales que se encargan de disciplinar y amedrentar a dirigentes políticos opositores, periodistas y a cualquier voz crítica. El instrumento más utilizado para dicho fin son las redes sociales, principalmente X (antes Twitter).
Las milicias digitales en acción
En la semana pasada, las milicias digitales mileistas tuvieron como blanco preferido al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. Sobre el porqué de esta elección, hay varias elucubraciones posibles, sobre todo teniendo en cuenta que, hasta no hace mucho, el presidente y el gobernador tenían más acuerdos que desacuerdos, sustentados en un electorado en común. Hasta en algún momento se barajó la idea de integrar a La Libertad Avanza a Unidos.

Sin embargo, con el paso de los meses y la debacle del peronismo, la coyuntura comenzó a cambiar. El peronismo ya no es el partido a vencer (Unidos en Santa Fe se armó para enfrentarlo), y ahora el “enemigo” es quien hasta hace poco parecía “un amigo”. Como dijimos al principio, en un año electoral es necesario diferenciarse de los competidores. Y, claramente, La Libertad Avanza aparece como un rival en las próximas elecciones de Santa Fe, donde no solo se renovarán los concejos de las principales ciudades y la mayoría de los presidentes comunales, sino que también habrá elección de convencionales para la Reforma Constitucional. Esta última es la que más preocupa a Pullaro, quien sabe que dicha elección es un plebiscito temprano sobre su gestión. De hecho, ya dejó entrever que encabezará la lista de Unidos.
A su vez, La Libertad Avanza apuesta a las próximas elecciones legislativas nacionales, donde necesita obtener una avalancha de votos que le permita tener protagonismo en las cámaras. Pero, además, ven en el oriundo de Hughes un futuro competidor, sobre todo después de que trascendieran encuestas que lo ubican como el gobernador con mejor imagen del país.
Así, las milicias digitales del oficialismo nacional se activaron tras las declaraciones del gobernador de Santa Fe, quien atribuyó como logro propio la decisión anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la baja de retenciones al sector agropecuario por seis meses. Cabe recordar que, días antes, Pullaro —junto a sus pares de la Región Centro, Martín Llaryora (Córdoba) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos)— había reclamado dicha medida al gobierno nacional.
Lo cierto es que las declaraciones de Pullaro generaron una oleada de reacciones en redes sociales, con insultos incluidos. Con el hashtag #PullaroDegeneradoFiscal, se viralizaron posteos plagados de ataques e informaciones de dudosa procedencia que cuestionaban su gestión.
Pero las milicias digitales mileistas no se quedaron ahí. Tras la nota de Venado24 describiendo lo ocurrido, decidieron atacar a un humilde medio digital del interior. Lo llamativo de los cientos de posteos en X criticándonos por dicha nota es que la mayoría de los usuarios son cuentas falsas con identificaciones dudosas. Solo para citar algunos: “Lucio V. Mancilla”, con una imagen de Paturuzú y un post fijado: “La grieta no es ideológica, es moral. Cárcel a @cfkArgentina y a todos sus secuaces. Perón y toda su progenie son el cáncer de la #Argentina”.

Otro, “Кукловод” (“titiritero” en ruso), o “El Traductor”, que nos espeta: “Lo curioso es que no se animaron a desmentirnos jajajajajaja”. Varios usan solo nombres de pila: Sergio, Valentín, Claudia, Nanina, etc. La mayoría nos acusan o preguntan: “¿Me imagino que Venado24 no cobrará pauta de Pullaro, no?”. Idéntica acusación lanzada por Milei a todo periodista crítico, “ensombrados”.
Lo más curioso es que dicha nota nunca se publicó en X; es decir, alguien la detectó en nuestra web. O, en todo caso, parece haber especialistas que rastrean medios digitales del país. Eso no sería el problema; el problema es que lo hacen para intentar disciplinar y/o amedrentar a quienes opinan distinto.
Alguna vez se dijo que la democracia se basa en la diversidad de opiniones. Hoy, parece que eso ya no importa.
*El mago del Kremlin en el libro de ficción de Giuliano da Empoli que sucede al ensayo Los ingenieros del Caos