Mauro CamillatoOpiniónNueva era en la Argentina: los desafíos de Milei, Pullaro y Chiarella

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En la conmemoración de los 40 años de democracia, la Argentina vivirá hoy uno de los acontecimientos más impredecibles de su historia, la asunción de un líder que se dice anarcocapitalista. Suceso mirado de cerca por gran parte de la comunidad internacional. Es que más allá de la proliferación de outsiders de la política de extrema derecha que se impusieron en otros países recientemente, ninguno llegó a proponer la desaparición del Estado como lo hace él. Ni Bolsanaro, ni Trump (para referirnos a los casos más cercanos) llegaron a tanto.

Claro que, a pesar de lo extremo de sus propuestas, hoy culminará asumiendo con un gabinete que poco tiene que ver con lo que vociferó en campaña. De hecho, va a ser extemporáneo presenciar a sus fanáticos cantando en contra de “la casta” con un Milei que jurando como presidente rodeado de futuros ministros que pertenecen a lo que él denominó “casta”. De paso, es cuanto menos alarmante la manera que finalizó armando su gabinete, casi a los cachetazos, bajando y subiendo nombres con el transcurrir de las horas. Habrá que ver que sucederá con la considerable cantidad de heridos que quedaron el camino.

Como sea, por ahora, la receta que pretende implementar el nuevo presidente para solucionar los males de la economía argenta, tiene poco de novedosa. Ya lo intentaron otros y el resultado no fue el mejor. Salvando las distancias, parecida receta utilizaron en el siglo XX las duplas: Jorge Rafael Videla – José Alfredo Martínez de Hoz; Leopoldo Galtieri – Roberto Alemann. O si nos referimos a gobiernos democráticos, Carlos Menem- Domingo Cavallo y Mauricio Macri – Nicolás Dujovne. Claro, que cualquier fanático de Milei responderá ante esto que ninguno de los nombrados llegó a implementar fehacientemente lo propuesto y que el libertario ahora si lo hará…

Sea como sea, los argentinos porfiamos en volver en el tiempo una y otra vez con resultados que lejos están ser óptimos. Ojalá, esta vez me equivoque.

Como sea, en el cumpleaños 40 de nuestra democracia, comienza hoy en la Argentina una reconfiguración política, social, económica y cultural de consecuencias difíciles de predecir.

Los desafíos de Pullaro

Inmerso en dicho panorama nacional, hoy también asumirá en la gobernación de Santa Fe Maximiliano Pullaro.

El vecino de Hughes, llega rompiendo varios mitos de la política santafesina, entre ellos el que sostenía que a la Casa Gris solo podían llegar dirigentes oriundos de la ciudad de la Santa Fe o de Rosario. Es el único mandatario surgido del departamento General López. A la vez, es el primer gobernador que logró superar el millón de votos en una contienda electoral (Carlos Reutemann estuvo cerca en 1999). También se convirtió en el primer gobernador no peronista que administrará la provincia desde el renacimiento de la democracia con mayoría en Senadores y en Diputados. Ni Hermes Binner, ni Antonio Bonfatti (el único que tuvo minoría en ambas cámaras) ni Miguel Lifschitz, gozaron de dicha posibilidad.

Además, es el primer radical después de 60 años en llegar a la Casa Gris. Ese es el lapso de tiempo que transcurrió desde la asunción de Aldo Tessio producida en 1963.

Dichas particularidades, lejos de ser menores, lo llenan de responsabilidades. Pullaro es mirado muy de cerca, no solo por el microclima político santafesino, sino también por el del todo país. El reseteó político en que se encuentra inmersa la Argentina demandará nuevas figuras y Pullaro podría convertirse en una de ellas.

Por ahora, contrastando con lo realizado por Milei, fue muy prolijo en el armado de su gabinete, conteniendo a todos los partidos políticos que integran Unidos para Cambiar Santa Fe.

La misma diferenciación podría realizarse para con su antecesor, Omar Perotti, que nunca logró aunar a todo el peronismo detrás de él. Su construcción fue demasiado egocéntrica y culminó con un peronismo partido en pedazos que le llevará tiempo poder rearmar. Verlo asumir su escaño en Diputados sin lograr unificar a sus pares del mismo partido, es una clara muestra del fracaso del rafaelino.

Perotti se va no cumpliendo ninguna de las promesas que realizó cuatro años atrás, lejos estuvo de imponer “la paz y el orden”; y encima ni siquiera dejó los números ordenados. Esto último, era una de las pocas cosas que se podía destacar de su gobierno en los primeros años. O sea, el fracaso de su gobierno fue estrepitoso.

Partir posterior a semejante antecedente le da a Pullaro un plus importante que debería poder aprovechar.

Desde mañana arranca otra historia y el flamante gobernador tendrá que maniobrar con un presidente que ya anticipó recortes importantes que impactará en las arcas provinciales. Pero, sobre todo, Pullaro tendrá la responsabilidad de bajar los índices de homicidios ocurridos en el contexto del enfrentamiento de bandas narco que sufre Rosario. Si no lo logra, no habrá futuro político para él.

Los desafíos de Chiarella

Mañana será el turno de la asunción del reelegido intendente de Venado Tuerto Leonel Chiarella. No es poca cosa arrancar su segundo periodo habiendo obtenido el 83% de los votos.

Pero, además de este fuerte e inusual apoyo de la ciudadanía, Chiarella tendrá en su segundo mandato un gobernador amigo a quien recurrir. La tan reclamada sintonía entre provincia y municipio será plena e incorpora varios funcionarios en las primeras líneas del ejecutivo provincial. Entre ellos, ni más ni menos que el ministro de Obras Públicas de Santa Fe, que quedó en manos del mentor político del intendente, Lisandro Enrico.

A esto se le suma una nueva composición del Concejo Municipal donde el oficialismo tendrá amplía y contundente mayoría (tiene siete bancas de diez), como nunca logró un oficialismo desde el renacimiento de la democracia.

Mientras tanto, fundamentalmente por pases a la órbita provincial y por el corrimiento de uno de sus principales secretarios al Concejo (Santiago Meardi) Chiarella se vio obligado a renovar parte de su gabinete. Y, en este caso, diferenciándose a lo realizado por Pullaro y a las decisiones que él mismo tomó en su primer mandato, definió nombrar a personas cercanas o de carrera dentro del municipio, antes que a integrantes de otros partidos aliados. En ese sentido, parece surgir una nueva manera de conducir más centrada en sí mismo.

No hay dudas que el joven mandatario fue empoderado por los votantes y tendrá la inmensa responsabilidad de responder ante semejante apoyo. Las comparaciones son caprichosas, pero quien lo antecedió en el cargo, también tuvo un fuerte apoyo en su primera reelección. En las elecciones del 2011, José Luis Freyre, logró llegar a casi el 70 por ciento los votos (cifra inédita que solo superó ahora Chiarella). Pero, sorprendemente, en la elección ejecutiva posterior, perdió en las PASO con Liliana Rostom. Y solo los recordados errores de esta última, luego del affaire Aldasoro, provocó que Freyre revirtiera los resultados en las Generales y se terminará imponiendo por escaso margen.

Lo cierto es que para Chiarella se abre una nueva etapa en la cual deberá reafirmar lo conseguido y, a la vez ir, por más. No alcanza seguir con lo mismo, los ciudadanos tienden a naturalizar lo logrado. Tener un gobierno provincial es una ventaja que deberá convertirse en realidad.

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