Solo dos meses atrás, un martes 25 de junio, desde el gobierno provincial celebraban, aunque con cierta reserva, la firma de un acuerdo con el gobierno nacional para darle continuidad a la obra pública en el territorio santafesino. Dicho acuerdo, rubricado estratégicamente cuatro días antes de la sanción en Diputados de la Ley Bases y el paquete fiscal, determinaba qué obras iban a ser finalizadas y financiadas por Nación y cuáles traspasadas al Gobierno provincial para su terminación. Entre las escasas obras que Nación se comprometía a realizar, se destacaban los trabajos de reparación y mantenimiento de las rutas nacionales en la jurisdicción santafesina.
El acto fue encabezado por el gobernador Maximiliano Pullaro y el Jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos. También participó, entre otros, el ministro de Obras Públicas de Santa Fe, el venadense Lisandro Enrico.
En ese momento, en voz baja los funcionarios provinciales aceptaban que lo firmado no era lo deseado, sino lo posible ante un gobierno nacional que prioriza el orden fiscal, retaceando la obra pública.
Sesenta días después, fue Enrico quien reveló que la Presidencia no cumplió con lo prometido, al menos en lo que respecta a las rutas nacionales.
De hecho, el ministro, por novena vez en el año emprendió un nuevo viaje a la Ciudad de Buenos Aires para reclamar a las autoridades del Gobierno Nacional la urgente reparación de las arterias nacionales. Enrico, que tiene una importante expertise adquirida en su paso por el senado provincial en esto de ir a peticionar obras, se encontró con funcionarios nacionales que no eran los mismos que lo atendieron en las ocho anteriores oportunidades en las que concurrió por igual motivo. Es más, fueron pocos los funcionarios y técnicos que coincidieron en algunos de los nueve encuentros. Una de las características del “inestable” gobierno de Milei es el constante cambio de funcionarios en las distintas áreas.
“Sinceramente, vemos que hay un Estado nacional muy paralizado, sin inversión, sin fondos, por eso también dejamos planteada claramente nuestra propuesta de que nos cedan rutas nacionales, algunos tramos a la provincia, para que nosotros, como Provincia de Santa Fe organicemos un esquema de reparación y mantenimiento de estas rutas a través de un sistema de concesión. Lamentablemente notamos que no hay un plan de trabajo de parte de Nación para aplicar a sus rutas que pasan por nuestro territorio, no se puede esperar más”, manifestó, después de la reunión, un desahuciado ministro.
Además, detalló que la ruta 11, la 33 y la 178 se encuentran en condiciones de emergencia vial. “Las tres están totalmente invadidas de roturas, de pozos, con falta de mantenimiento y obras”. Y, agregó: “En nuestra provincia tenemos 2.865 kilómetros de rutas nacionales que necesitan atención, y si la Nación no está en condiciones de llevarlas adelante, al menos que se considere este pedido y que las pasen a la provincia para que nosotros las arreglemos”.
Por su parte, el último viernes Maximiliano Pullaro y Javier Milei se vieron la cara en el acto aniversario de los 140 años de la Bolsa de Comercio de Rosario. En ese marco, el mandatario santafesino, aprovechó para referirse a la falta de inversión vial, principalmente en rutas que van a puertos, por parte de Nación.
“Este Gobierno provincial tomó la responsabilidad de plantearle al gobierno nacional que quiere hacerse cargo de la falta de inversión vial y que tiene un plan. Y le pedimos que nos cedan las trazas nacionales para hacernos cargo nosotros”. Y remarcó: “Queremos pedirles a los funcionarios del gobierno nacional que miren las trazas nacionales, la ruta 33, la ruta 11, la ruta 34, la 178, en el estado que se encuentran. Necesitamos que puedan ser repavimentadas de manera urgente. Pero también les decimos que, si no pueden hacerlo, el gobierno de Santa Fe se va a hacer cargo”, reiteró. “Acá hay un gobierno que se hace cargo. Acá hay un gobierno que va al frente y que no arruga”, insistió envalentonado. Antes, también, realizó fuertes planteos, centrados en la defensa del interior productivo y un llamado a terminar con el centralismo porteño.
Posteriormente, Milei se dirigió a los presentes, sin responder a ninguno de los planteos realizados por el gobernador. Su discurso, de más de una hora, fue una larga perorata sobre economía con alusiones a las derrotas políticas sufridas en los últimos días, como el rechazo al DNU que asignó 100 mil millones de pesos como fondos reservados a la SIDE, el aumento jubilatorio dispuesto por el Congreso (tildó a los legisladores de “degenerados fiscales”) y a la designación del radical Martín Lousteau como presidente de la Bicameral que sigue a los órganos de inteligencia. Y hasta se dio el lujo, en medio de semejante turbulencia, de fanfarronear diciendo que su gobierno logró “la mejor performance fiscal de la historia” y anunciando que irá por la reelección.
Un colega que asistió al acto resumió a Venado24 su impresión sobre el discurso del presidente de la Nación utilizando una expresión de moda: “fingió demencia”.
En tanto, tal como señaló Enrico, las rutas nacionales que atraviesan la provincia se encuentran en estado de deterioro alarmante, invadidas de roturas, de pozos, con falta de mantenimiento y obras. Ni siquiera se hacen cargo del corte del pasto de las banquinas. Salir a las rutas nacionales en Santa Fe se acerca a una ruleta rusa, el riesgo de accidentes es inmenso. Dos siniestros ocurridos en los últimos días en la 33, son un claro ejemplo al respecto.
- El sábado 17 de agosto cerca de las 7:30, entre Casilda y Sanford, un camión y un automóvil que viajaba en direcciones opuestas colisionaron de manera frontal, dejando como resultado una persona fallecida.
- Tres días después, a las 16:30, dos camiones chocaron también de frente en el kilómetro 651 de la Ruta 33, a la altura del paraje Rabiola, en este caso los conductores no presentaron lesiones de gravedad.
La inacción del gobierno de Milei en la reparación de las rutas nacionales en territorio santafesino no solo evidencia un desprecio por la seguridad de los ciudadanos, sino que también subraya un centralismo insostenible que ignora las necesidades urgentes del interior. Mientras la provincia reclama, las vidas siguen pendiendo de un hilo en cada kilómetro de asfalto deteriorado.