Mauro CamillatoOpiniónLas dos caras de la rosca política en tiempos preelectorales

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En tiempos preelectorales la rosca se intensifica, sobre todo cuando la crisis empuja a los espacios políticos a reconfigurarse. Más aún con los oficialismos luciendo débiles, obligando a la oposición a prepararse para dar el zarpazo.

Esta situación provoca apuro y ansiedad en los espacios que ya se creen cerca de tomar el poder, y en política (y en otros órdenes también) no hay nada peor que estos sentimientos.

Algo de eso, fue lo que sucedió en la semana que pasó, donde la oposición nacional y provincial tuvo sendos episodios de estallidos que culminó dejando dudas sobre la posibilidad, que parecía casi segura, de un armado para alzarse con las próximas elecciones. Es decir,la vaca tan atada” no existe y cualquier paso en falso puede ser aprovechado por los oficialismos (más aún si es un partido del poder, como el peronismo) o por terceros en discordia que consigan aparecer.

El papelón de la pelea de Patricia Bullrich/ Horacio Rodríguez Larreta, que incluyó el video donde se ve a la exministra de Seguridad amenazando al jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel con golpearlo si la vuelve a tratar de “funcional al kirchnerismo”, puso en evidencia las tensiones y diferencias que hay dentro de Juntos por el Cambio (JxC) a nivel nacional. Es decir, así no va a ser nada fácil llegar al 22 octubre del 2023 (fecha prevista para las elecciones) todos “juntos”. Menos aún, si el gobierno logrará eliminar las PASO (proyecto que no va a ser aprobado por la Legislatura), evento en el que la oposición confía como gran ordenador del “desorden” de JxC.

Mientras, en Santa Fe fue lamentable el cruce ocurrido en la Cámara de Diputados provincial entre la UCR y el Socialismo por los pliegos de 39 jueces comunitarios de pequeñas causas que elevó el Ejecutivo. Es que desde la UCR acusaron a “sectores” del partido de la rosa de formar parte de un “contubernio” con el gobierno para acordar ciertas designaciones. Pero, además, también le achacaron haber dejado sin quórum la sesión del jueves para evitar que se votara la interpelación a la ministra de Gobierno, Celia Arena, y el secretario de Justicia, Gabriel Somaglia, por el mismo tema.

El Socialismo, en una llamativa decisión, tardaron casi 48 horas en responder la afrenta radical y recién ayer mediante un comunicado donde negaron todo tipo de acuerdo con el gobierno provincial, aunque no explicaron porque decidieron dejar sin quórum la sesión de Diputados.

Reafirmamos nuestro histórico compromiso con la transparencia y calidad institucional, y los concursos públicos que pusimos en marcha durante nuestros gobiernos provinciales y locales”, dijeron.

Para luego agregar: “Por tal motivo, negamos rotundamente la existencia de cualquier tipo de acuerdo y repudiamos cualquier intento político de asociar a nuestro partido con algún tipo de maniobras para designar jueces y fiscales que no sea según los mecanismos establecidos”.

Lo cierto es que ya ocurrieron otros cortocircuitos entre los ex aliados del Frente Progresista, pero ninguno había llegado a tal instancia. Detrás de escena, aparece la demora del Socialismo en decidirse a sumarse al frente de frentes.

Desde la UCR, sobre todo del sector que conduce Maximiliano Pullaro, apuran al Socialismo para que oficialicen su integración a la gran coalición. Pero, estos últimos, posterior a la oficialización de la decisión de Omar Perotti de postergar el calendario electoral en la provincia, pretenden estirar todo lo posible dicha decisión. De paso, el tiempo les permitiría tratar de superar los líos internos de un partido al que le cuesta comprender el dolor de “ya no ser”.

La rosca con minúscula

Mariana Gené, autora de “La rosca política” (Siglo Veintiuno Editores) sostiene que la rosca es necesaria. Y en ese sentido, destaca que las negociaciones y acuerdos (lo que denomina política con minúscula) sirven para sostener la gobernabilidad. Pero, a la vez, asevera que esa política con minúscula hace posible las grandes decisiones (proyectos a largo plazo), que la política en mayúsculas se propone.

Claro, que Gené en su libro analizó lo fundamental que fueron, desde el renacer de la democracia hasta hoy, los que ella denomina expertos en articular, contener y negociar en política, o sea los rosqueros.

Pero, en la realidad Argentina la rosca política tiene más que ver con el especulativo y perverso “toma y daca”. Es decir, lejos de ser una herramienta imprescindible para alcanzar consensos en pos de lograr políticas públicas sostenibles, degeneró en un negocio de espacios de poder.

Así, detrás de los enfrentamientos y polémicas de la oposición nacional y provincial, lo que aparece claramente es la lucha por dichos espacios de poder.

La rosca mayúscula

De todos modos, la otra cara de la política (y en todo caso, de la rosca) fue la mostrada el último lunes en Venado Tuerto.

En este caso, la iniciativa lanzada por el senador provincial Lisandro Enrico para analizar y reclamar por el estado de paralización de la obra de la autopista 33 (la obra de infraestructura más emblemática y más necesaria del sur santafesino) logró una amplía convocatoria. Allí estuvieron la mayoría de los legisladores nacionales y provinciales de la oposición, intendentes, presidentes comunales y representantes de instituciones intermedias. A pesar que el propio Enrico lamento la ausencia de diputados y senadores del kirchnerismo, si estuvieron el jefe del Distrito 7, Fabio Sánchez; la ministra de Infraestructura, Silvina Frana y el diputado nacional, Roberto Mirabella.

Por eso, más allá de las especulaciones político/electorales, la nombrada convocatoria mostró la otra cara de la política, esta es la de trabajar mancomunadamente por el bien común.

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