Mauro CamillatoOpiniónEl nuevo Concejo venadense y la obligación de hacer “política”

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Un día antes de la conmemoración de los 38 años seguidos de democracia, asumieron los nuevos concejales electos en nuestra ciudad. Solo este primer dato es suficiente para valorar un acto al que la mayoría de la población le fue ajeno.

Dicho esto, también la oportunidad sirvió para visualizar el nuevo esquema de poder político que se afirmó en Venado Tuerto posterior a las últimas elecciones generales.

Aunque, luego la elección de las autoridades del cuerpo culminó demostrando cómo un sector partidario no entendió “el mensaje de las urnas”. O, en todo caso, recurriendo a la terminología utilizada por el reconocido filósofo español, José Antonio Marina, demostraron un cierto “autismo político”. Esto es: la decisión de permanecer encerrados en su mundo, sin comprender lo que piensan o sienten el resto de las personas (en este caso los votantes). Marina, aclara que si bien, es evidente que los políticos no pueden y no deben atender todas las peticiones de los ciudadanos (sobre todos si son disparatadas) pero, por lo menos deben demostrar que las tienen en cuenta y obran en consecuencia.

Así las cosas, el jueves último lo que parecía que iba a ser un tranquilo acto de asunción mutó en una tensa jornada, que encima tuvo un plenario previo donde proliferaron los gritos y las discriminaciones entre los legisladores. Es que no pudieron (no quisieron) lograr un acuerdo para sentarse en las bancas con la decisión tomada sobre el reparto de cargos.

Fueron los tres concejales justicialistas quienes decidieron romper toda posibilidad del consenso proponiendo a Emilce Cufré como presidenta. Por supuesto, dicha pretensión chocó con la lógica oferta del oficialismo que mocionaba por Juan Ignacio Pellegrini.

El resultado de las elecciones y hasta su trayectoria (es el único concejal que renovó y además es el más antiguo) le otorgan a Pellegrini los pergaminos suficientes para comandar el cuerpo.

Por su parte, el peronismo realizó la peor elección desde la vuelta de la democracia logrando por escaso margen mantener el único lugar que ponía en juego en el Concejo. Pero, además, hasta fue superado por la debutante fuerza Ciudad Futura. Por eso, culmina siendo inentendible que semejante contexto de debilidad hayan pretendido alzarse con el cargo.

Sin embargo, la otra gran pregunta es: ¿qué los llevó a tirarse a la pileta sin agua? Ya que ni siquiera habían logrado sumar el apoyo de las otras dos fuerzas (Ciudad Futura y Venado Renace) que les hubiera permitido llegar a los cinco votos e igualar al oficialismo. Y para cerrar con el despropósito, a pesar de no contar con los avales previos, insistieron con realizar la moción en el transcurso de la sesión, sufriendo una esperada derrota política que podría haberse evitado.

De hecho, fue el edil de Venado Renace, Darío Jennot, quien en el día posterior a la sesión disparó sin miramientos contra sus pares peronistas. “Se ha cansado de fracasar, la ciudadanía les ha dado la espalda, y sin embargo vienen con esa sordera, sin entender que los vecinos nos piden que trabajemos en conjunto y lleguemos a consensos para trabajar en pos de lo mejor para la ciudad”, resaltó.

Un nuevo concejo

El jueves último se puso en marcha un nuevo Concejo, donde a pesar del histórico y contundente triunfo del oficialismo, el reparto de bancas no cambio considerablemente. Así el ahora denominado Primero Venado tendrá cinco legisladores, el peronismo sigue con tres, Venado Renace continúa con una, y Ciudad Futura ocupa la otra banca.

De esta manera, la novedad son estos últimos, que consiguieron el objetivo de ingresar al legislativo en su primera participación electoral. Ciudad Futura llegó con un discurso alternativo al de los partidos tradicionales y ahora tendrá que confirmar dicha forma de entender y de hacer política. De hecho, en su primera intervención, en el contexto del acalorado debate por la elección del presidente del cuerpo, el flamante edil Bruno Taddia se diferenció lanzando; “Cuenten con nosotros para hacer una ciudad mejor, pero no para el reparto de cargos”.

Aunque posteriormente, pícaramente, el concejal peronista Pablo Rada, aprovechó la oportunidad para mocionarlo como vicepresidente segundo, opción que fue aprobado por unanimidad (con el autovoto incluido).

Lo cierto es que el reparto de fuerzas de este nuevo e inexperimentado legislativo local (hay solo un concejal, Pellegrini, que lleva 4 en el recinto) continua dejando la puerta abierta para hacer política. El oficialismo, a pesar de la apabullante elección, sigue sin tener mayoría automática y la oposición unida lograría emparejar cualquier votación. Claro que, contar con la presidencia permite la posibilidad de recurrir al voto de este que en caso de empate vale doble, pero hacer esto sistemáticamente terminaría cerrando toda instancia de diálogo.

Por eso, tanto el oficialismo como la oposición necesitan más que nunca “hacer política”, en la primera sesión eso estuvo lejos de suceder.

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