En distintas oportunidades nos referimos en esta columna a la necesidad de tener una oposición activa ante un oficialismo dominante.
A esta altura, no hace falta repetir que en una democracia la oposición es el factor de control y limitación necesario de cualquier Ejecutivo. Por lo tanto, evita que aquel sector que ostentan el poder temporariamente lo ejerza de forma monopólica. Además, tiene un papel fundamental en el proceso de toma de decisiones gubernamentales y elaboración de políticas públicas.
Claro que, en democracias delegativas (Guillermo O’Donnell, dixit) como la nuestra, cualquier poder que intente controlar a aquel que fue elegido es una molestia.
Todo esto viene a cuento a la actualidad venadense, donde el oficialismo logró en la última elección ser reelegido con más del 80% de los votos. Esto le permitió no solo la reelección de Leonel Chiarella, sino también alzarse con la mayoría de las bancas del Concejo en juego. Así, hoy el poder legislativo local lo integran siete ediles oficialistas y solo tres de partidos opositores (dos de Ciudad Futura y uno del Peronismo).
Por supuesto, esta situación es consecuencia de la alta aprobación que tiene la opinión pública del gobierno encabezado por Chiarella. Este es un evidente mérito del oficialismo.
A la vez, no hay duda que la oposición desde el 2019 (año del triunfo de la actual gestión) no logró elaborar una propuesta alternativa y seductora para la sociedad. Menos consiguió imponer temas de agenda en el Concejo. Espacio donde las oposiciones históricamente cimentaron futuras candidaturas a intendente en Venado Tuerto.
Esto culmina siendo un disvalor en el sentido de lo necesaria que es la existencia de una oposición activa en un régimen democrático.
El 2024 parece haber comenzado diferente y la novel agrupación Ciudad Futura, constituida como primera minoría, decidió darle otra dinámica al anquilosado Concejo Municipal.
Así, en la primera de las sesiones logró mover el amperímetro con un proyecto de ordenanza que denominó “Concejo Abierto”, mediante el cual planteó plasmar en la web oficial del legislativo de Venado Tuerto, “Qué hace y cuánto gana un concejal”. El oficialismo se negó a tratar el proyecto amparado en cuestiones procedimentales. Es que el presidente del Cuerpo, Juan Ignacio Pellegrini explicó a Venado24 que no se negaron a debatir el proyecto, “solo rechazamos la decisión de presentarlo sobre tablas, sin discusión previa”. Y luego, amplió: “Elevaron un proyecto de Concejo Abierto, con un montón de cuestiones para trabajar. Le respondimos que primero debíamos analizarlo en comisión y después llevarlo al recinto. Sin embargo, Giacometti pidió en la sesión el tratamiento sobre tabla”.
Como sea, Ciudad Futura logró su cometido, impuso un tema en agenda e incomodó al bloque oficialista que tuvo que salir a dar explicaciones por lo sucedido.
Una semana después, la escena se repitió, con otro proyecto presentado por los mismos ediles que pedía que el gobierno de Santa Fe cumpla con la paritaria docente firmada el año pasado y con críticas a la postura del gobernador Maximiliano Pullaro. Desde el oficialismo definieron responder presentando sobre tablas una resolución alternativa que eliminaba ciertas consideraciones políticas del proyecto original de Ciudad Futura. En este caso, fueron estos últimos quienes se negaban a incorporar el proyecto alternativo por no cumplir con el reglamento. Por supuesto, el oficialismo se impuso utilizando la cómoda mayoría con la que cuenta.
La polémica se trasladó en las horas siguientes a las redes sociales. Así, desde el bloque conformado por Bruno Taddia y Florencia Giacometti realizaron un posteo acusando a Juan Ignacio Pellegrini y Santiago Meardi de “patoteros y antidemocráticos”.
La réplica llegó rápidamente por la misma vía: “Ciudad Futura miente”, fue la aseveración realizada por el bloque Primero Venado. Más tarde, el presidente del Legislativo, Juan Ignacio Pellegrini, afirmó que desde el espacio opositor incurren en “mentiras y agresiones verbales”. “Los integrantes del bloque Ciudad Futura al menos estilo de Grabois, Baradel (SIC) y otros personajes, están incurriendo en mentiras y agresiones verbales hacia el resto de los concejales”, acusó.
Lo cierto es que, consideraciones aparte, los ediles de Ciudad Futura lograron imponer su dinámica en el recinto, dejando al bloque oficial en una inentendible actitud defensiva y exponiendo que “en Venado Tuerto la oposición existe”.
Claro que, más allá de “la guerrilla semiótica” (Umberto Eco, dixit) en redes sociales, ahora el desafío para ellos es sumar proyectos que contribuyan a una mejor calidad de vida de los venadenses. Tal como sostuvimos líneas atrás, dentro de un régimen democrático es obligación de la oposición colaborar en el gobierno, más allá de su papel de control y de diferenciación del oficialismo de turno, buscando el mayor bienestar para la población.
Mientras tanto, mal que les pese a todos los oficialismos, lo peor que le puede suceder a una sociedad es tener una oposición muda o ausente.