El modelo Venado Tuerto está cada vez más cerca de reproducirse a nivel santafesino. Es que todos los partidos de la oposición provincial ya manifestaron abiertamente la intención de armar un gran frente opositor (el frente de frentes, símil a Primero Venado), para disputar las próximas elecciones. De hecho, ayer se reunió en Gálvez el consejo directivo del PRO y decidieron aceptar la posibilidad de “construir una alternativa aún más amplía” a Juntos por el Cambio para la próxima disputa electoral.
El PRO, sobre todo la línea interna que lidera Federico Angelini, y el socialismo eran los espacios de la oposición más reacios a manifestarse abiertamente sobre la opción de armar un frente de frentes. Y estos tiene que ver con las claras diferencias ideológicas que existen entre los dos partidos. Sin embargo, en los últimos días de los dos partidos salieron sendas manifestaciones que dejaron claro (más allá de algunos reparos) que la gran coalición está a un paso de concretarse. Es más, en las próximas jornadas programan un encuentro conjunto donde saldría la foto de todo el no peronismo santafesino unido.
Claro que, esto no significa que las diferencias entre los distintos espacios estén saldadas, sino todo lo contrario. Tan es así, que en el mismo comunicado donde el PRO se abre a la posibilidad de construir una alternativa más amplía en Santa Fe, también recalcan “que toda proyección o construcción provincial debe estar apoyada sobre un proyecto nacional de Juntos por el Cambio”. O sea, nada de un proyecto puramente santafesino.
Alquimias oficialistas
Mientras tanto, en la Casa Gris elaboran distintas alquimias para intentar, por lo menos, evitar una derrota contundente en las próximas elecciones. Descuentan que va a ser muy difícil lograrlo contra una oposición unida, aunque eso no significa que se entreguen tan fácilmente. De hecho, ante la falta de candidatos competitivos, ayer lanzaron un “globo de ensayo” en un medio de comunicación porteño, dejando trascender que están pensando en seducir al conductor/periodista deportivo Alejandro Fantino como una opción para disputar la gobernación.
Pero, además, el otro rumor que puso en alerta a la oposición, es la idea de Omar Perotti de retrasar la celebración de los comicios generales en Santa Fe y llevarlos al anteúltimo o último domingo posible (3 o 10 de septiembre, respectivamente) para que quede lo más cerca posible de la contienda nacional, que sería el 29 de octubre de 2023. Dicha decisión que intenta “embarrarle la cancha” al frente de frentes, tiene como objetivo lograr que la campaña provincial se nacionalice. Esto, obligaría, entre otras cosas, que distintos candidatos de la gran coalición compartan actividades proselitistas con figuras como Mauricio Macri o Patricia Bullrich. Opción que dejaría al Socialismo, preso de sus propias contradicciones.
A su vez, postergando la fecha electoral, Perotti ganará tiempo y podrá ejecutar casi todo el Presupuesto del 2023 antes de los comicios. Al respecto, ayer se conoció que dicho Presupuesto contempla gastos por la friolera de $ 1,87 billón e incorpora los primeros pagos relacionados con el convenio de cancelación de la deuda nacional con la provincia por la coparticipación.
En otro orden, el mandatario santafesino no ve con malos ojos seguir lo propuesto por el gobierno nacional y suspender las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Lo manifestó abiertamente en un acto realizado sobre el cierre del mes pasado en Coronda. “Sigo pensando lo mismo. Nunca estuve de acuerdo con las PASO. No es lo más pertinente para que los partidos definan sus candidaturas”, espetó. Por supuesto, a esta altura, con una legislatura en manos de la oposición, esa posibilidad, es cuanto menos impensada.
Los desafíos del frente de frentes
Así las cosas, el arco opositor santafesino, más allá de los intentos del oficialismo, se apresta a alinearse en el tan debatido frente de frentes. Por supuesto, las diferencias internas se disputarán en las PASO, donde cada sector podrá presentarse con sus propias candidaturas. El desafío será después de esta instancia, donde todos se tendrán que juntar y elaborar un discurso en común que escape al monocromático eje “en contra de”, que es el único que hoy los une.
En tanto, el actual gobierno provincial, paradójicamente, contribuye con sus errores a tal unión. En la semana que pasó, fueron varios los desatinos que colaboraron en tal sentido.
Entre ellos, se destacan los nuevos audios del exministro de Seguridad Marcelo Sain, donde se explaya sobre escuchas ilegales o armado de carpetas para perseguir a empresarios y políticos de la provincia, que en algún caso adjudica a órdenes superiores o “mandato político”. Más allá de la intencionalidad de quienes trascienden los polémicos audios que forman parte de una causa judicial, no hay dudas que son de una gravedad institucional inusitada.
Encima, el mismo ministro, que realizó esas tareas de espionaje berretas, es quien tuvo en sus manos la responsabilidad de traducir el eslogan de campaña de Perotti, “paz y orden” en una realidad palpable. Pasó Sain, le siguió Jorge Lagna, y ahora está a cargo el comisario general Rubén Rimoldi, sin haberse acercado mínimamente al objetivo. La provincia se encamina en el 2022 a tener la cifra más alta de asesinatos de los últimos ocho años. Es más, se acerca temerariamente a los datos del 2014 (año en el que se desató el enfrentamiento de las grandes bandas narcos en Rosario y que por ahora tiene el récord de casos).
A esto, hay que sumarle, entre otros tantos despropósitos, el extenso conflicto docente en cual se encuentra inmerso la provincia. El tirar de la cuerda y descontar los días de paro, no parece ser la medida más adecuada para destrabarlo.
De este modo, con un oficialismo que por ahora luce grogui y que busca despabilarse en los pocos meses de gobierno que le queda (el enorme Presupuesto 2023 le da una oportunidad), la oposición se acerca en concretar un gran frente con la intención de asegurarse el triunfo electoral.
El ejemplo sigue siendo el modelo de Primero Venado, aunque por acá no fue necesario hacer internas, y todos los partidos (incluidos el PRO y el Socialismo) acordaron ir de manera conjunta dejando de lado toda diferencia ideológica. Transitan el tercer año de mandato y, por ahora, la coalición continúa sólida. Tan es así, que es seguro que repetirán el esquema para las próximas elecciones locales del 2023.