Mauro CamillatoOpiniónComenzó la campaña: Chiarella busca blindar su legado y la oposición intenta construir una alternativa

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Este viernes 30 de mayo Santa Fe entró formalmente en “modo campaña” rumbo a las elecciones generales del 29 de junio. Se renovarán 19 intendencias (entre ellas, Teodelina, que elegirá por primera vez a su primer intendente), 337 bancas de concejales y 1.188 cargos comunales en toda la provincia. En Venado Tuerto, puntualmente, se pondrán en juego cinco de las diez bancas del Concejo Municipal, con doce listas en competencia.

Pero no se trata solo de una elección legislativa: el resultado empezará a delinear el mapa político local que emergerá tras la eventual despedida —dentro de dos años— del actual intendente Leonel Chiarella, quien prometió que este será su último mandato.

Un oficialismo eufórico 

El acto de lanzamiento de la lista oficialista “Santa Fe Puede”, realizado el viernes en la sede de la UCR, fue una muestra clara del clima que vive el oficialismo. Con Juan Ignacio Pellegrini a la cabeza, y con el antecedente de una elección aplastante en 2023 (82% de los votos), la expectativa no es solo conservar la mayoría en el Concejo, sino también empezar a construir la futura y candidatura a la intendencia para 2027.

En ese marco, las bancas a renovar por el oficialismo son tres: las que dejarán Guillermo Barbey y Verónica Ruiz, y la que Pellegrini intentará retener. Su resultado, por tanto, será doblemente relevante: para medir la solidez electoral del espacio y para proyectar liderazgos futuros dentro del propio equipo de gobierno. Sobre todo porque Pellegrini es quien está marcado por el sector como el futuro reemplazo de Chiarella

Los diferentes desafíos de Ciudad Futura y del peronismo

En el polo opuesto, Ciudad Futura buscará defender su lugar como principal espacio opositor. Con Bruno Taddia encabezando la lista, intentará conservar una de sus dos bancas actuales. Pero también se posiciona como el contendiente directo del peronismo por la banca que hoy ocupa Sebastián Roma, quien también busca renovar, dentro del sello “Venado con Vos”.

La posibilidad de que Ciudad Futura amplíe su presencia en el Concejo es una de las apuestas fuertes del espacio, y se apoya tanto en su crecimiento progresivo como en la dispersión del peronismo.

Es que el justicialismo atraviesa una de sus peores crisis en décadas. No solo ha perdido centralidad a nivel nacional y provincial, sino que en Venado Tuerto podría quedarse sin representación en el Concejo por primera vez desde la restauración democrática.

A diferencia de lo ocurrido en el resto de la provincia —donde parte del PJ selló una alianza con Ciudad Futura—, por acá no hubo acuerdo y el partido llega completamente fragmentado. Habrá dos listas dentro de la interna: una liderada por Sebastián Roma y otra por Janina Ferreyra, bajo el sello “Hacemos Nuestra Ciudad”. Dos expresiones, ninguna síntesis.

El riesgo de quedar sin una banca en el Concejo no es simbólico: marcaría un nuevo piso histórico para el peronismo local.

El factor Milei: tres listas y una incógnita

La figura del presidente Javier Milei también impacta en el escenario venadense, aunque con una particularidad: su capital político no se expresa en una sola lista, sino en tres que se disputan el mismo electorado.

La opción oficial es “Las Fuerzas del Cielo”, con Marisel Fabbiani a la cabeza. Pero también aparecen “El Seleccionado (Moderado)”, con Gonzalo Castro, e “Inspirar (Somos Vida y Libertad)”, liderada por Alihuen Posetto. Esta dispersión podría complicar sus chances de entrar al Concejo, en una elección que premia la concentración y castiga la fragmentación.

¿Es transferible el respaldo que tiene Milei en un sector importante de la población venadense? Esa es una de las preguntas que flotan en el aire y que podremos responder el próximo 29 de junio.

¿Primeros signos de desgaste?

Pese a su fortaleza electoral, el oficialismo no llega indemne. En los últimos meses enfrentó varias polémicas que podrían contabilizarse como equívocos políticos no forzados.

La marcha atrás y cambio del proyecto original de la pista de atletismo en el Parque Municipal, luego del rechazo de vecinos por la tala de árboles históricos, expuso una desconexión con parte de la comunidad. Algo similar ocurrió con la remodelación de la Plaza San Martín, que debió rediseñarse tras fuertes cuestionamientos.

A eso se suma el reciente conflicto con el sindicato de trabajadores municipales: el Ejecutivo decidió saltear la discusión paritaria, otorgó un aumento rechazado por el gremio y advirtió que descontará el día a quienes se adhieran al paro. Aunque aún no se confirmó si el descuento se aplicará, el daño ya está hecho. Sobre todo, porque  antes de este conflicto, el gobierno de Chiarella cultivaba una buena relación con los trabajadores municipales. Una relación que le costó forjar por claras diferencias políticas y que, sin embargo, había logrado superar. Ahora, el panorama podría cambiar radicalmente.

Por supuesto, contrastando con esto, la actual gestión municipal está a un paso de concretar proyectos largamente esperados por los venadenses, como el inicio de la tan ansiada y prometida obra del Área Recreativa Norte y el avance en la desactivación del basural a cielo abierto, entre otras. “El 29 de junio se va a discutir si queremos seguir por este rumbo como ciudad”, proclamó Chiarella ante el enfervorizado público que asistió al acto de lanzamiento de la campaña.

Abstencionismo: el gran fantasma que sobrevuela

Otro elemento a tener en cuenta es el aumento sostenido del abstencionismo. En la elección del pasado 13 de abril —cuando se eligieron convencionales constituyentes— votó solo el 47,20% del padrón. Fue el peor registro desde el regreso de la democracia en 1983.

Si esta tendencia se repite el 29 de junio, la composición del próximo Concejo podría definirse con una participación minoritaria del electorado. Un escenario que, lejos de reforzar la legitimidad institucional, podría profundizar la desconexión entre ciudadanía y representación política.

Como sea, todo indica que el oficialismo volverá a imponerse. Pero los comicios del 29 de junio no son un trámite. En juego están el control del Concejo, el futuro del liderazgo local, la vigencia de las fuerzas opositoras y el termómetro de una ciudadanía que, por momentos, parece desconectada o desilusionada.

Chiarella y su equipo buscan cerrar su segundo ciclo con una nueva muestra de fortaleza. Pero también deberán demostrar que pueden sostener ese poder sin caer en la arrogancia, sin desatender los reclamos y sin subestimar los signos de fatiga. Porque en política, ninguna victoria es definitiva. Y todo poder, aun el más consolidado, se desgasta si no se renueva con inteligencia, escucha y apertura.

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