Por Gabriel Zarich
A partir del escándalo por el caso Schoklender leí y escuché varias veces la frase “los pañuelos no se manchan”.
Hagamos un poco de historia. Durante años no entendí por qué las “Madres” estaban separadas desde 1986 en dos alas, aún compartiendo todas ellas un mismo dolor. Me costaba entender la división entre “Madres de Plaza de Mayo” presidida por Hebe de Bonafini y “Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora” presidida por Nora Cortiñas. Ahora entiendo. La división obedece a que los pañuelos de ambos sectores no tienen la misma blancura.
Los pañuelos de Nora Cortiñas y su gente no se han manchado. No se trasluce lo mismo del pañuelo de Hebe de Bonafini.
El pañuelo de Hebe se ha manchado cuando festejó la caída de la Torres Gemelas. Se volvió a manchar cuando reivindicó con elocuencia a los asesinos de la ETA (aunque no hablen de eso los mismos que semanas atrás hablaron del encuentro de Sábato con Videla). Y Hebe terminó de manchar su pañuelo cuando llamó al pueblo argentino, en pleno estado de derecho, a tomar el Palacio de Tribunales, ante los fervientes aplausos de Mariotto, Piumato, Florencia Peña, Copani, entre otros. Y los volvió a manchar cuando acusó de “turros” y cómplices de la dictadura a los jueces de la Corte Suprema de Justicia, los mismos jueces que tiempo atrás nombrara su amado Néstor.
Como si esto fuera poco, los pañuelos ahora se tiñen de lodo con la malversación de fondos públicos del ex apoderado de la asociación el Dr. Sergio Schoklender. Hace años mató a sus padres. Parece ser que ahora tenía intenciones de matar a las “Madres”.
No sabemos si el pecado de Bonafini fue la complicidad o la ingenuidad. En cualquiera de los casos, los cheques voladores, la mentira y el engaño mancharon algunos pañuelos.
Por suerte seguirán flameando, cargados de dignidad, los blancos y heroicos pañuelos de “Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”.