Columnista invitadoEn primera persona: Venado Tuerto, Argentina, una ciudad de espaldas a sus mayores

Tomás Lüders12/02/2016
Compartir esta noticia
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

Por Silvina Buljubasich

Descuido gubernamental y cívico se suman a la falta de servicios y el aumento del delito violento. A los males cotidianos, la autora de la nota le suma el descuido de los servicios de salud públicos y privados de la ciudad.

-Escribo desde el enojo, la tristeza y la impotencia de vivir en una ciudad abandonada a su suerte.

El barrio Villa Casey, luce cada vez más mugriento, lleno de pozos que hacen intransitable sus calles; de cunetas llenas de agua putrefacta mezclada con basura, todo esto enmarcado por los yuyales de los terrenos baldíos y también los frentes de  los propios vecinos que, en algunos casos por cuestiones económicas y en otros por desidia, colaboran con la mala  situación.

Las constantes quemas de “el basural” nos recuerdan que somos ciudadanos de cuarta categoría cuando, de manera silente, irrumpe en cada hogar el penetrante y nauseabundo olor que acompaña al humo enceguecedor.

Pensando en la ceguera y dejando de lado estas “nimiedades”, en casos como el que hoy me impulsa a escribir es inevitable separar lo urgente de lo importante. Aunque, acordará conmigo estimado lector, que basura, yuyales y falta de agua potable son temas que decantan también en complejas falencias a nivel sanitario.

Yendo a la centralidad de la cuestión. Es demasiado dura la enfermedad de un ser querido, pero se torna más difícil e incomprensible cuando se suman la ausencia, la desidia y la inoperancia de “el o los Estados” Municipal y Provincial. Hacia cualquier ciudadano, es injusto, hacia uno mayor, peor, pero hacia ella, docente rural jubilada, maestra de vocación y acción, portera, secretaria y todo lo demás que hubiera que hacer, porque lo hacía sola y con medios propios sacados de su magro sueldo.. la falta de presencia oficial suena bastante más injusta.

A decir verdad podría detallar cada momento vivido, pero la enfermedad que aqueja a la persona por la que escribo ya arrasó con su dignidad, qué derecho tengo a quitarle el pequeño resto que le queda.

Durante una hora, desde las 6:15 a las 7:15, tuve la esperanza de que desde el Servicio de emergencias 107 alguien levantara el teléfono para responder los llamados, no fue así, nadie respondió…tampoco lo hicieron los diferentes Servicios de Emergencias privados.

Pensando en el lugar más cercano y por medios propios llegamos a la Asistencia Pública Municipal y ante mi descripción, una herida cortante que probablemente necesitaría sutura, la enfermera me informa que no había un médico porque abrían a las 8:00. (Como el supermercado, querido lector).

Ante mi ofuscación la señora me explica “hacemos lo que podemos, con lo que nos mandan” a lo que pregunto sin pensar ¿y qué les mandan? Nada- respondió. Es importante recalcar que hubo gestos de humanidad de parte de las trabajadoras de la salud para conmigo y mi familiar. Aunque nuevamente nadie respondió.

Terminamos así en un sanatorio privado, en El Sanatorio Privado… Me indicaron que fuera al lado de la guardia a buscar la silla de ruedas para bajar a la paciente, sí, sí lo hice yo por mi cuenta, dejando sola a la persona herida.

La “nota de color” es que algún vecino había vaciado su natatorio directamente a la calle del sanatorio, sin ningún pudor, entonces tuvimos que atravesar la rampa como si fuera una laguna de agua y barro.

Una vez en la guardia una de las enfermeras, muy atareada, me pide que suba a la paciente a la camilla, cuando producto del dolor, los nervios y la tristeza estallo y le digo que me ayude, reacciona bien y me contesta que ellas se hacen cargo.

Hace entonces su aparición el médico de guardia, un tanto somnoliento y sin ninguna habilidad de aquellas con las que contaban los médicos de antaño. Digo, usted me entiende, hablo de la contención al paciente, de algo de empatía, cuestiones en desuso, fuera de época.

A la hora de reflexionar sobre lo sucedido me pregunto varias cosas ¿para qué sirve la política sino transforma en lo elemental la vida de las personas? ¿Por qué sentí pena por la enfermera de la Asistencia Municipal? ¿Por qué un vecino perjudica a otros sin ningún pudor? ¿Por qué no sale un camillero o una enfermera a colaborar con un paciente con discapacidades evidentes? ¿Por qué un médico me recibe semi-dormido?

Ensayé algunas respuestas, varias para cada pregunta, en todas y cada una como trasfondo está el Estado, que no cumple ni sanciona, y el ciudadano (el empresario de la salud, pero también cualquier vecino), que no cumple cuando no se lo sanciona. Aunque hallé una común a todas, nadie emprende el viaje hacia la comprensión del otro.

Y esto suena peor porque hablamos de una adulta mayor enferma (lo que, claro está, no es una excepción). Pero vivimos en el país en el que la jubilación media (la media, no la mínima) no alcanza para una vida digna, y en una ciudad que no solo no les ofrece aliciente, sino que además les ofrece toda su indiferencia, manifiesta en sus “geriátricos” sin supervisión, que son en realidad precarios apiladeros de viejos abandonados… o en cuestiones que parecen menos importantes, pero que son nada menores para ellos, como las veredas desniveladas, destruidas o simplemente inexistentes (¿no se preguntaron por qué se ve a tan pocos adultos mayores caminando por las calles?). Y no me meto aquí con el delito, que tiene a ellos como las víctimas más recurrentes de sus predadores en busca del más débil.

Ahora exijo respuestas de quienes están en funciones políticas para que los servicios de salud que están publicitados en rimbombantes notas periodísticas, en las webs de los gobiernos, en los boletines que nos arrojan debajo de las puertas en períodos eleccionarios, simplemente…. ¡funcionen! Y de no ser así, entonces que los organismos de control se encarguen de sancionar y revertir su pésima atención.

Invito a todos y cada uno de los ciudadanos venadenses a pensar la ciudad y a pensarse en ella. La vejez, después de todo, no hace excepciones.

https://www.venado24.com.ar/archivos24/uploads/2019/07/ESTEVEZ-BANNER-WEB-OKEY.gif