Tomás LüdersLa Cooperativa, vos, yo y ellos

Tomás Lüders22/03/2018
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Si la Cooperativa nos dice que la EPE le aumentó la electricidad mil y un por ciento, vos y yo nos lo tenemos que creer porque, entre otras cosas, lo que era una cooperativa hace tiempo que es una empresa familiar… o de un gremio que es el gremio de una familia.

Vos y yo nos lo tenemos que creer porque hace tiempo vivimos en una sociedad que no tiene ni tiempo ni ganas de participar activamente en el movimiento cooperativista (ése era el sentido de la cosa, que la propia sociedad, y no el estado y no una empresa y no un gremio-familia, controle de manera directa un servicio clave).

Vos y yo nos la tenemos que creer. Los que no se la tendrían que creer son los del Ejecutivo, que se limitan a decir “militantemente” lo obvio, que Macri viene subiendo los costos de los servicios, y los Concejales que ya no saben qué más hacer para no hacer nada sobre la Cooperativa: resolución de esto, resolución de aquello, amparo judicial ante X…

¿Y el Contrato de Concesión? La única respuesta es que los ediles le tendrían miedo a la familia que es dueña de lo que no debe ser dueña. Sin palabras. Si ellos le tienen miedo a quien tiene lo que no tendría que tener, imagínense cómo viene la mano. Arguyen otra cosa, que también es real: que la Municipalidad o vetaría la ordenanza-contrato o la dejaría sin aplicar. Pero solo el miedo a quien es dueño de lo que no debería ser dueño explica por qué los ediles pierden semejante oportunidad para responsabilizar políticamente al Ejecutivo de un problema que hoy mella la popularidad de todos ellos. Es el único caso en el que lo hacen. Y no, no es un caso de solidaridad con un Ejecutivo agotado y desgastado.

Así las cosas, unos y otros van ladrando hacia otro lado, o ladran sin morder. Ya lo han hecho antes, y varias veces.

….

Una cooperativa que es una empresa familiar, un estado municipal que es ibídem y que quién sabe bien por qué (no consta en actas) dejó de pelearse con esa cooperativa-empresa familiar, y un montón de concejales –diez, porque desde hace un tiempo sumamos un sueldito más que alimentar para beneficio de nadie más que de quien se lo embucha– hacen y no hacen lo que quieren o pueden. Lo que deben, bueno, eso sería otra cosa. Eso sí, todos cobran (tarifas, tasas y sueldos respectivamente) haciendo que se ocupan de lo que vos y yo ya no tenemos ni tiempo ni ganas de ocuparnos.

El círculo se cierra, y seguirá cerrando, siempre para el mismo lado. Todo se habrá olvidado-tolerado para la próxima elección de autoridades para la Cooperativa, en las que ni vos ni yo nos volveremos a presentar porque no tenemos tiempo ni ganas de hacerlo, y para la próxima elección municipal, en la que vos y yo no haremos lo mismo por la misma razón

Pero esta vez vos y yo, al menos, podríamos dejarnos un ratito para hacer un breve ejercicio sin importancia. Les apuesto que sé cuál será el resultado. El escenario del juego también será conocido porque es una repetición: cuando en 2019 municipales y ediles nos toquen el timbre para pedirnos el voto, otra vez vos y yo ya llevaremos un tiempo pagando las tarifa eléctrica más caras del país. Pero esta vez hagamos lo siguiente, saludémoslos, sonriámosles e invitémoslos a pasar. Cuando estén relajados chupando el segundo mate, sorprendámoslos y preguntémosles porqué pagamos lo que pagamos. Les aseguro que harán lo posible por decirnos por qué no hacen lo que tiene hacer pero que, “no lo dude, vecino”,  ya están haciéndolo y, de paso, que también ya está entre sus propuestas hacerlo.

Verá que cuando se despidan usted habrá escuchado una verdadera obra maestra de sofística política, después de todo, cuando no se hace lo que hay que hacer, hay que ingeniárselas para ocupar el lugar que no se debería ocupar. Y eso, eso sí que lo hacen bien.

 

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