El pasado gobierno construyó a sus propios empresarios (Lázaro Báez a la cabeza) o apuntaló a ya existentes para justificar su descomunal esquema de corrupción (Cristóbal López, Grupo Electroingeniería…).
Aunque el actual está encabezado empresarios que construyeron su fortuna al calor de “arreglos” con el Estado (el propio Macri) o la especulación financiera (Luis Caputo, Nicolás Dujovne..) lo cierto es que también apuntala a empresarios para su propio esquema de corrupción (el otro Caputo, el íntimo Nicolás o Marcelo Míndlin).
De los del ciclo político ya no queda ninguno en la lista de millonarios FORBES publicada ayer. Sí está Nicolás Caputo, el ex compañero de Mauricio Macri en el Cardenal Newman y el mencionado Mindlin, uno de los empresarios que más está capitalizando, vía obra pública, los aumentos tarifarios. Pero hay un grupo que permanece a través de ambos gobiernos.
Son los que se han mantenido oficialistas con cada gestión (militar o democrática) porque, entre otras cosas, ese derecho a los millones lo alcanzaron depredando vía contratos con el Estado. Allí está Paolo Rocca (Nr 1 de la lista), el procesado Alejandro Bulgheroni (Nr 2) y Eduardo Eurnekian (Nr 5).
El segundo de ellos es el dueño de Pan American Energy, la petrolera más importante del país, construida al calor de contratos obtenidos en condiciones muy favorables gracias a ex gobernadores patagónicos como el fallecido Néstor Kirchner (entre otros) y ex presidentes, Néstor Kirchner, entre otros –sus “entendimientos” vienen de la dictadura de Onganía-. Por su parte, Eduardo Eurnekian, encargado de operar el Aeropuerto de Ezeiza, entre otros 50 en el país y la región, también fue beneficiado por Néstor Kirchner, que le “perdonó” millonarias deudas por el no pago del canon que debía abonar por gestionar el principal aeropuerto del país… a cambio de un porcentaje minoritario de la empresa endeudada.
De Paolo Rocca (principal dueño del Grupo Techint), se podrían escribir libros y libros sobre cómo obtener fortunas a partir de contratos con la obra pública. Solo en 2014 se suscitó un fuerte escándalo al verse alcanzada por nuevas denuncias de coimas a funcionarios brasileños a cargo de Petrobras (caso Lavajato) y por evidencias de masivos giros de dinero no declarado a paraísos fiscales.
